–Eres
muy cabezón chico ¿No te das cuenta que por ahí no se puede pasar y que es
peligroso para tu salud, y que por puro capricho nos expones a un peligro innecesario
también a nosotros?
– ¿Eso
es lo que crees? Lo hemos hecho en otras muchas ocasiones, ¡Sin más! sin pensarlo tanto. Es una
meta que nos planteamos cada nuevo año. Por eso estamos aquí, y de aquí no nos meneamos
hasta que lo consigamos.
Siempre hemos esperado esta noche con ansia viva para salir al encuentro de lo que más nos gusta, algo que nos encanta hacer. Una salida anual que preparamos con detenimiento desmesurado, incluso con estrategia planificada para situarnos en el mejor de los sitios.
Siempre hemos esperado esta noche con ansia viva para salir al encuentro de lo que más nos gusta, algo que nos encanta hacer. Una salida anual que preparamos con detenimiento desmesurado, incluso con estrategia planificada para situarnos en el mejor de los sitios.
–Sí muchacho, lo comprendemos, pero es que ya vamos teniendo una edad que pesa en lo que vale. Nuestra agilidad para realizar largas caminatas está muy menguada al igual que las fuerzas para cargar con las bolsas.
¡Y mira! También estamos un poquito hartos con tus retos personales.
Es la misma cantinela de siempre cuando se acercan estas fechas: empiezas con que tienes muchas ganas, que precisas un subidón de adrenalina, que necesitas vidilla y actividad física.
Pero esto es desmesurado y cada vez más difícil de lograr. Antes estábamos capacitados y preparados para ello, eramos más jóvenes y… ¡Mira! En el cartel pone claramente que es zona restringida y cerrada al tránsito rodado y que habrá muchas aglomeraciones, pocos accesos… Además ya han pasado muchos años y seguro que no lo vives con tanta ilusión.
¡Y mira! También estamos un poquito hartos con tus retos personales.
Es la misma cantinela de siempre cuando se acercan estas fechas: empiezas con que tienes muchas ganas, que precisas un subidón de adrenalina, que necesitas vidilla y actividad física.
Pero esto es desmesurado y cada vez más difícil de lograr. Antes estábamos capacitados y preparados para ello, eramos más jóvenes y… ¡Mira! En el cartel pone claramente que es zona restringida y cerrada al tránsito rodado y que habrá muchas aglomeraciones, pocos accesos… Además ya han pasado muchos años y seguro que no lo vives con tanta ilusión.
– ¡Mirad
compañeros si os queréis rajar os retiráis y punto! Ya lo haré yo solo ¡Yo me meto ahí sí o sí! Es
tradición, y repetirla los tres juntos año tras año es nuestro propósito desde que tenemos uso
de razón ¿No?
–¡Joder
Paquito! ¡Si está muy bien! Nos gusta que te fascine la cabalgata y todo eso, pero
ya tienes la suficiente edad como para saber que los reyes magos son de mentira, son tíos disfrazados y maquillados. También has de ser consciente que yo con las muletas y el otro con el andador no podremos llegar muy lejos con este mogollón de gente. Al
final nos tirarán a empujones y a ver que explicaciones damos en la residencia de ancianos para que no nos encierren en la habitación una semana por habernos escapado a escondidas.
¡Hala, espabilad que esto esta petaó y casi no quedan sitios en primera fila!...
¡La madre que parió a los niños! ¡ Siempre están en medio estos mocosos, acaparándolo todo!
A ver si dejáis alguno para los abuelos ¡Leches!
Que bueno , unos reyes ya mayores y los espectadores más viejetes huidos de la residencia. Como siempre estupendo, muy acorde con el día de hoy. Un abrazo
ResponderEliminarEn realidad no se trata de los reyes, sino de unos admiradores de los mismos. No renuncian fácilmente a esas golosinas que lanzan desde sus carrozas año tras año y lo han convertido en tradición y cita obligada.
EliminarUn abrazo.
Ay, qué risa, Francisco. Pensé que eran los Reyes Magos queriendo entrar por la chimenea, pero esos ancianos con andador, muletas y silla de ruedas, sin obviar el pañal mojado, me han cautivado. Y razón tienen: los niños siempre por medio.
ResponderEliminarUn beso.
Tu risa bien vale el relato.
EliminarEl de la chimenea es el Santa Claus de marras, que no se yo porque no ha empezado una dieta después de tantos años teniendo dificultades para colarse por las chimeneas de las pocas casas que aún las tienen.
Con respecto a los ancianos ya sabemos todos que son como niños, y estos no saben renunciar a una buena dosis de azúcar.
Un beso, amiga.
Cuando mi hija era pequeña la llevaba a la Cabalgata y en esas ocasiones podía comprobar que el tesón de algunos abuelos para coger caramelos era digno de asombro, se tiraban literalmente a los pies de las carrozas para pillar una golosina. No sé si se las comían luego ellos o los nietos, pero la intrepidez me dejaba patidifusa.
ResponderEliminarFelices Reyes, Francisco.
Los abuelillos suelen ser acaparadores en estas ocasiones. Yo los he visto en graduaciones de sus nietos pegándose de codazos para entrar los primeros al salón de actos y reservar toda la primera fila. Y cualquiera les dice nada. Te clavan las uñas y muerden.
EliminarEn las cabalgatas he visto personas con paraguas al revés para conseguir el mayor número de caramelos posible.
Parece mentira, pero por todo lo gratis nos entra el ansia viva.
Besos, Paloma
Jajaja Francisco, qué bueno y es cierto que como dice Paloma yo también he estado en alguna Cabalgata en la que los abuelos daban miedo, a ver quién le quitaba un caramelo.
ResponderEliminarBesos y como seguro has sido muy bueno, hoy has disfrutado de buenos regalos.
Besos
gracias Conxita, aunque eso de ser bueno es muy relativo, hay personas que aun siendo correcto con ellos y teniendo una actitud respetuosa y amable, piensan que te burlas. Creo que no están acostumbrados a ser tratados como mandan las normas de convivencia.
EliminarPor Internet y whassap ocurre tres tantos de lo mismo.Por ello a lo mejor la diferencia está en las expectativas, en lo que pensamos que nos es debido y no recibimos.
Los abuelos son muy competitivos ahí donde los ves.
Un beso.
Espero que hayas tenido unos buenos reyes, y que hayan sido generosos contigo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tú relato sobre todo por ese sentido del humor que has descrito y sobre todo lo del pañal jeje, en fin si yo te contará lo que he visto en varias ocasiones en la Cabalgata de Reyes de Alicante con las personas mayores.
Besos.
Es un relato totalmente inventado, pero no dudo que esas actitudes que describo pueden equipararse a la del comportamiento de algunos en esos eventos públicos dedicados a los niños...bueno, y a los que son como ellos, y los viejitos lo son en muchos casos.
EliminarSus majestades estuvieron conmigo muy generosos, por no perder la costumbre.
Gracias Teresa. Un abrazo.
Jajajaja, qué gran relato. La ilusión y las ganas de aventura no deben perderse nunca. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Marisa.
EliminarLa ilusión y las ganas, efectivamente, no deberían faltar nunca, son las que nos mantienen vivos.
Un abrazo.
Yo siempre he dicho que no hay que perder al niño que todos llevamos dentro, pero tampoco hay que llegar a ese extremo, caramba, jajaja.
ResponderEliminarYa tenía razón mi padre cuando decía aquello de "hombre viejo, dos veces niño".
Un abrazo.
Con el tiempo y la edad nos volvemos más niños. dime tú si no como es que la mayor parte de los ancianos son calvos, no tienen dientes, no controlan los esfínteres y usan pañales, comen papilla y son dependientes. Triste o no, así es.
Eliminar¡Dios nos libre! Aunque difícil lo tenemos.
Un abrazo, compañero.