Se
quedaban discutiendo donde pondrían el sofá, pues aunque les sobrara espacio para
colocarlo junto a la vitrina, la mesa del comedor, las doce sillas, el aparador
y el mueble de la televisión, lo que les faltaba eran ganas y motivación para
redecorar en ese momento el que sería su nuevo hogar.
Tenían
un sólido techo de puente sobre sus cabezas y unas vistas maravillosas a la
ciudad. Lo que no tenían eran las cuatro paredes que limitaran la propiedad.
El
desahucio les había cambiado la vida.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Fran Muy original el relato. Cuando el hogar falta nunca se sabe dónde colocar los muebles que son necesarios.Un abrazo.
ResponderEliminarYa se sabe que el dinero no compra un hogar aunque si la casa, pero si hasta la casa te quitan ¿Qué hacer?
EliminarEl tema de los desahucios es uno más a añadir al de las injusticias que siempre soportan los más vulnerables de esta sociedad, esas familias que a causa de las crisis que provocan otros, pagan las consecuencias que originan."Roban unos y pagan otros"
Un abrazo Mamen.
Duro y tierno a la vez. Abrazos.
ResponderEliminarCon ciertos matices puramente ficticios no es más que lo que supone la propia vida.
EliminarUn abrazo Marisa.
Por muchos enseres que tengan, nunca podrán llamar hogar a ese espacio abierto, por muy resguardado de la lluvia que esté. El drama de los desahucios solo lo entiende quien lo padece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las circunstancias que sufren estas familias e incluso ancianos que ven hundirse sus existencias a causa de especuladores, inmobiliarias y bancos son insufribles de lo injustas que son. Sin embargo los ladrones encorbatados que regentan grandes entidades financieras y calientan asientos senatoriales y parlamentarios, esos, siempre van sobrados y les importa una higa las penalidades sufridas por el resto de ciudadanos de tercera.
EliminarUn abrazo Josep.
Como dice Josep María, por mucho que nos espante la situación y por mucho que lo intentemos, nunca seremos capaces de ponernos en la situación en la que se quedan esas personas.
ResponderEliminarMuy buen relato, Javier y que sepas que me alegro mucho de verte por aquí. ¿Significa que estas mejor?
Un beso.
Hola Rosa. Yo al menos no quisiera estar en la piel de esas pobres gentes que después de luchar toda la vida por tener un techo bajo el que cobijarse, tienen que dejar sus casas a causa de impagos que no pueden hacer a causa de que otros les han arrebatado puestos de trabajo, ahorros y pensiones. A estos que originan tales debacles no los echaba yo de sus casas sino del país.
EliminarGracias por alegrarte con mi regreso, estoy mejor, todo se va asentando en su justo lugar. Ahora a buscar de nuevo a esas musas inspiradoras que me están costando tanto de encontrar.
Un beso, amiga.
El hogar está dónde están aquellos a los que quieres, esas personas son las que hacen que nos sintamos a gusto.
ResponderEliminarDuro micro que pone de manifiesto la crueldad de esta crisis que algunos dicen que hemos superado.
Besos querido amigo y como dice Rosa me alegra verte por aquí. Un achuchón enorme.
Ciertamente el hogar es algo diferente a lo que son las cuatro paredes y el techo que nos dan cobijo. Pero es algo esencial para que una familia pueda vivir y desarrollar sus actividades comunicativas y de convivencia. Y las crisis que se conforman desde el poder son las que nos privan de esos derechos fundamentales que figuran en una constitución que para cuando les conviene a esos mismos que predican tanto, es papel mojado.
EliminarYo también me alegro de reencontrarme con los que siempre estuvisteis aquí.
Me dejo achuchar amiga. Gracias.
Dura situación la de esta familia. En Madrid durante unos meses he visto a varias familias de rumanos viviendo bajo los arcos de un puente o acueducto del Canal de Ysabel II. La imagen es tremenda. Ese sofá del que hablas me ha hecho ver otros sofás bajo esos arcos. Es terrible la situación.
ResponderEliminarTu relato despierta conciencias. Muchas gracias, Francisco.
Un abrazo
Que me vas a contar querido amigo sobre estas imágenes. En el distrito de Moncloa hay campamentos conformados por gitanos rumanos que montan tiendas de campaña en parques públicos. Se instalan en portales que te llenan de cartones, bolsas de basura y excrementos, junto a botellas rotas. Creo que estamos refiriéndonos a situaciones diferentes.
EliminarLo que yo describo es a una familia que invirtió en su momento en una casa para poder fundar una familia y que ha pagado religiosamente sus impuestos para, con el tiempo verse expulsados a la calle por causa de malversaciones de los plenipotenciarios caraduras ladrones de siempre.
Gracias por tu presencia Juan Carlos, y tus palabras.
Un gran abrazo.
Un problema lo de qué hacer con los muebles cuando se pierde el lugar donde estaban dispuestos. Por desgracia, muchas familias se han visto estos últimos años afectadas por este problema. No hay puentes suficientes para tanto desalojado y muchos sofás desubicados.
ResponderEliminarUn beso.
Me gustaría poder decir que todo parecido con la realidad es pura coincidencia, pero de todos es conocida la problemática de tantas familias abocadas a su suerte por culpa de bancos y políticos sin conciencia; que al parecer, tienen mucha responsabilidad en temas tan sensibles como los desalojos de familias desfavorecidas y afectadas por la crisis.
EliminarEn teoría son ellos los que han de velar por los intereses de los damnificados. Ya vamos comprobando lo competentes que son y lo poco que les importa el prójimo.
Un beso.
Muy buen relato amigo Moroz y muy impactante. Ojalá que las personas desahuciadas encuentren un hogar con cuatro paredes y nosotros podamos disfrutar del nuestro toda nuestra vida. Un abrazo.
ResponderEliminarMientras haya administraciones públicas tan mal administradas, no hay lugar para la esperanza.
EliminarTe prodigas poco por este rincón, pero eres bienvenido siempre.
Un abrazo, amigo.
Duro y muy realista, es horroroso que alguien se tenga que ver en esas duras y tristes circunstancias. Un abrazo.
ResponderEliminarPues por desgracia más de los que nos imaginamos, pero no salen en la prensa los desahucios, podría crear alarma social y eso no es bueno para la propaganda electoralista.
EliminarUn abrazo y bienvenida teresa.