domingo, 12 de diciembre de 2021

Una historia real

 



En realidad esto no empieza como una alegre historia de navidad; más bien es otra y más seria, que va de emigrantes que vinieron de África, huyendo de los monstruos que persiguen a todos los desesperados que se juegan la vida en el intento de cruzar medio continente a pie, y un estrecho en patera.

Tampoco se trata de un cuento; pues es la pura realidad de lo que les sucede a ciertos seres humanos señalados por el infortunio. Que se destierran de su país a causa de sus ideas o religión. Acosados por los fantasmas del hambre o la guerra. La semblanza de aquellos que dejan atrás a la familia, los amigos, el hogar. Su pasado y presente, por perseguir un futuro que se intuye brumoso y desenfocado más allá del horizonte que perfila la luna que les acompaña en la travesía, y la de algunas estrellas que les guían a una costa llena de zozobras.

Tres de ellos desembarcaron en un barrio de Madrid, a pesar de que en la capital no tengamos playa. Después de muchas peripecias en ese mar de incertidumbre que es la vida, llegaron a buen puerto.

Los tres vinieron de países diferentes, en periodos de tiempo distintos. No se conocían, hasta que recalaron en un albergue parroquial que administraba un cura raso, llamado José Ramón. Pudo haberse llamado José María, por eso del juego de palabras; pero entonces estaría faltando a la verdad. 

José, es de esos personajes sencillos y humanos como el tal Francisco de Asís; de los que saben ver en todos los seres, criaturas inocentes. Era ayudado por unos cuantos hombres y mujeres voluntarios con buena voluntad. Como la que se supone tenían aquellos a los que se referían los ángeles allá en Judea, siendo considerados como “Bienaventurados”.

Entre todos supieron rodearles con lo más necesario: cariño, comprensión y cuidado. Alguno de los que llegaron necesitaba un abrazo y un hombro para llorar su desdicha. Otro agradecía la sonrisa que brinda una acogida sincera y sin doblez. Y todos ellos, un plato de comida caliente o un colchón donde reposar sus huesos doloridos y el resguardo de un techo que los librara del frío nocturno y de la gélida indiferencia de muchos, solamente por considerarlos extranjeros de tercera categoría.

Pues sucedió que en uno de los domingos de adviento, en misa de doce, el curita de infantería habló de una familia muy particular, que tuvo que huir de su tierra porque un tal Herodes iba tras ellos con todas las de la ley y fuerzas del orden público. Todos ellos armados y no precisamente de razón. Y solo por haber montado un Belén dentro de un portal; como hacen esos sin techo sinvergüenzas que se meten en cualquier rincón; ocupando lugares en perjuicio de los ciudadanos respetables, que no pueden realizar sus actividades nocturnas sin recelar de tanto indeseable venido de fuera.

Y recuerda, que también los pastores dormían al raso. Y que de todos los oficios ejercidos por judíos, era este el más despreciable. Ya ves tú, decía con humor, Y ahora los que nos pastorean como rebaño, visten de Armani y viven como dios en casoplones. Y esto no es políticamente correcto mientras haya necesitados en nuestras ciudades.

De paso comentó a la feligresía, que lo de la operación kilo; eso de traer comida no perecedera para los más desfavorecidos, había sido todo un éxito. Ya que se estaba atendiendo a todo Cristo, muy sobradamente.

Algunos comentaron a la salida, que en el lado donde se sitúa el nacimiento todos los años, estuvieron sentados durante la celebración, muy atentos y respetuosos, tres hombres de raza negra. Parecían ser, tres invitados de honor del niño Jesús.

Y aquí, amigos que me leéis, disfrazado con voz de narrador. Os tendré que decir que un servidor se enteró más adelante que los tres jóvenes negros, fueron los que vinieron de lejos abandonándolo todo por una corazonada de que algo diferente se iban a encontrar allá donde llegasen.

A nadie importó que fueran musulmanes y menos, que se llevasen la mano al corazón e inclinasen su cabeza como signo de respeto cada vez que alguien, les saludaba deseándoles una feliz navidad.

Estos tres se ganaron de tal forma el cariño del vecindario, que ese año los eligieron como rey Baltasar y sus pajes, triunfando entre la chiquillería, que por primera vez veían en persona al mismísimo rey venido de tierras ignotas y no un sucedáneo, pintado con carboncillo que suele ser, para más inri, el soso concejal de cultura del distrito.

Ese año, doy fe, que fue la mejor cabalgata vivida por niños y adultos. Que los caramelos más dulces fueron los que se tiraron desde la última carroza. Y que los que iban subidos en ella se sintieron por primera vez en su vida protagonistas de una historia que era tan bonita, como el mejor cuento de navidad con final feliz.

A día de hoy, son muchos los jóvenes que siguen pasando por el albergue de San Juan de Ávila. No se les puede atender a todos. Buscan dignidad como personas, un trabajo y un lugar en un mundo cada vez más deshumanizado. Aunque siempre habrá buenos samaritanos, dispuestos a dar un poco de compañía, calor y aliento. 

Pues entre las figuras importantes del Belén, también se encuentran la mula y el buey.


Derechos de autor: Francisco Moroz




39 comentarios:

  1. Ojalá todos los inmigrantes encontraran el albergue de José Ramón y a gente que los acepta y los deja participar en la cabalgata, pero me temo que muchos (casi todos) siguen siendo los "sintecho indeseables y vagos" que no dejan disfrutar a la gente bienpensantes ante el miedo a lo desconocido y a lo que no se entiende.
    Un precioso relato navideño.
    Mucha suerte en el concurso.
    Un beso.

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  2. Hola, Francisco. Esta acogida en una iglesia ya la conozco. Lástima que el Madrid oficial no participe de este espíritu. Me he llevado una grata sorpresa porque este relato y el mío tienen un mismo fondo con una hechura distinta. Tu hechura es buena, muy buena y el paralelismo con la familia que dio origen a la navidad es más que evidente. Te felicito. Un abrazo.

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  3. Anónimo5:48 p. m.

    El tono narrativo castizo que has imprimido a tu cuento le aporta, tal y como deseabas, verosimilitud . Hay detalles, que me llevan a estar bienhumorado en la lectura: Por ejemplo cuando comentas que llegaron a "desembarcar en un barrio, a pesar de que en Madrid no hay playa" ¡¡¡me recuerda a Los Refrescos "Vaya, vaya, aquí no hay playa"!!! La visión entreverada de la tradición con Madrid actual y en líneas generales cómo está el mundo es un acierto. Los pastores actuales es cierto que visten de Armani ¡¡¡y por los pedregales los he visto con móvil!!!
    Doy Fe, amigo, de que es de lo más entretenido tu opúsculo, bien simpático y costumbrista.
    ¡Recibe Un Saludo Vertebrador Muuuuuy Navideño!🍬🍬🍬🍬

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  4. Una historia verídica que emociona. La emigración forzada es terrible, aunque como dice el dicho taurino 'más cornadas da el hambre'. Es tu relato muy costumbrista y muy de hoy. Me ha gustado.
    Un abrazo, Javier

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  5. Hola Francisco. Cómo la historia se repite continuamente, y de la misma forma que a María y José no les dieron albergue cuando lo necesitaban porque iban a tener un hijo, sigue ocurriendo igual con los inmigrantes. Cuánta humanidad hace falta. Saludos.

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  6. Hola, Francisco. Estoy completamente de acuerdo con lo que dice Mayte. La historia se sigue repitiendo. Ojalá hubiera más comprensión, más empatía. Es algo que escasea y es tan necesario para vivir en sociedad.
    Un abrazo

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  7. No será un cuento, amigo, pero sí desde luego una historia muy humana que se da en muchos lugares de nuestra geografía. Esas gentes venidas de lejos en busca de paz y de una vida mejor merecen recibir el mejor regalo de Reyes en forma de unos brazos abiertos que los traten con dignidad y les ayuden a crear un nuevo hogar lejos de su tierra.
    Un abrazo.

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  8. Es conmovedor el que exista (haberlos haylos), personas de buena catadura moral, que ayudan a quienes lo tienen tan sumamente difícil. Bien por el padre José, por las personas que trabajan en los albergues, por los anónimos que echan una mano y hasta el cuerpo entero en ayudar al hermano desfavorecido independientemente de la teología, la raza, el sexo o la religión. En suma, la buena gente.
    Aquí en Canarias, somos la primera "frontera" por la cercanía con África donde nos llegan la avalancha. El conflicto social que se crea es tremendo, por la inseguridad, la delincuencia, el racismo y la mala costumbre que tenemos de meter en el mismo saco a todos los que vienen de fuera. Es un tema peliagudo de difícil solución.
    Me alegra, amigo Francisco, que hayas acercado esta historia real, un cuento no tan cuento.
    Un cariñoso abrazo.

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  9. Si, tener esto Sabios venidos de tiuerras lejanas para celebrar las natividades es una gran manera de "hacer vivir" la tradicion.

    Y cierto, la mente musulmana puede interpretar con otros ojos la festividad hoy capturada en el frenesi comercial, desprovista de significado espiritual.

    Bien por Jose Ramon.

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  10. Un relato que es toda una denuncia de la maldad e hipocresía que tantas veces late en nuestra sociedad. Me ha encantado ese paralelismo que haces entre la familia de Belén y el desamparo de los migrantes. Muy buena historia, Francisco. Felicidades y mucha suerte.

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  11. Una historia muy bonita que ilustra como lo peor que hay en la humanidad se compensa un poco con lo mejor que tenemos también. Por supuesto que nunca será suficiente para todos, pero aquellos que son tocados por esa bondad seguramente les cambia la vida. Me gustó el reflejo de los pobres migrantes en la familia del carpintero de Belén, que con una mujer embarazada tuvo que moverse de su tierra para satisfacer los requerimientos de un gobierno caprichoso. Una gran historia. Saludos.

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  12. Una historia muy actual que comparada con la de Belén parece que buscaba una vida mejor. Suerte en el tintero. Un abrazo.

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  13. Cuento o historia real, tu relato tiene esos tintes literarios entre lo costumbrista, la crónica y la crítica. No te dejas títere con cabeza, y con razón. Da igual en lo que creas, primero deberíamos creer en nosotros como un todo, y las diferencias que las pague el que las separe. Muy buen relato. Me ha gustado el tono, como una anécdota contada a la luz de la hoguera. Yo, en mi pueblecito, siempre conocía a los reyes, pues eran personas de que veía todos los días con betún de varios colores. Aun así, la magia estaba servida, eran los substitutos, decían mis padres, pero me daba igual, ese día todo era felicidad. Me alegra mucho este relato, me ha dejado un gram sabor de boca.
    Un abrazo, Francisco, y mucha suerte!

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  14. Un relato que me recuerda a mis hermanos venezolanos que dejaron su país, y deben aprender a cabalgar en otras costumbres. No es fácil ser inmigrantes, pero siempre encontramos quienes nos acobijen y la tierra te ofrece la oportunidad de echar raíces. Bonita narrativa.

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  15. Me gustó mucho la imagen de los tres sentados alli, como casi siendo parte del pesebre. Y me imagino la sorpresa los niños en la cabalgata, no conociendo sl rey negro, y dándose cuenta de que no era un blanco pintado.
    Un cuento , cierto casi seguro, conmovedor. Los que vienen de fuera, vienen con lo mejor de si mismos en las manos.
    Saludos y suerte

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  16. Triste realidad hecha relato. La esperanza siempre vence. Gracias por compartir.

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  17. Ojalá todos los que vienen fueran acogidos con los brazos abiertos, es muy triste tener que salir de la tierra que te vio nacer.

    Abrazos.

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  18. Hola Francisco
    Conmovedor relato que expone la dualidad del ser humano: su bondad contra su mezquindad; su filantropía contra su avaricia; su solidaridad contra su egoísmo. Afortunadamente, como el padre José Ramón hay muchos otros que realizan su labor más allá de la Navidad. Buena historia.

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  19. Desde luego este relato es la cruda realidad, gente que huye de una situación desgarradora para encontrar lo que se supone un futuro mejor pero que con lo que se encuentran es con el rechazo en muchos casos de la sociedad por recelo o miedo.
    Ojalá la realidad fuera como la que hoy nos has traído en este relato.
    Un abrazo.

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  20. Felizmente en el mundo quedan los José Ramón porque son muchos más los que obligan a emigrar a otros y sobre todo mucho más poderosos. Conmovedora historia. Ojalá salga de nuestro corazón un amor como el de José Ramón hacia los perseguidos y abandonados de la tierra.
    Muchas felicidades y un gran abrazo

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  21. Gracias, Francisco, por participar con este relato en el homenaje a Charles Dickens y Cuento de Navidad. Un abrazo y suerte!

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  22. Hola, Francisco: Aquí conmovida con tu historia, tan metafórica como realista; tan dulce como amarga. Sobre todo, la reflexión final sobre el asno y el buey, es un broche de oro para cerrar, reflexionando y actuando, esta historia de Navidad.
    Felicidades para vos.

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  23. Pues llevas toda la razón, Francisco. Este "no cuento" es agridulce, con sus penas y sus alegrías, real como la vida que vemos pasar ante nuestros ojos, una vida que anhela aquellos nacidos sin fortuna.
    Felices fiestas para ti y para quienes recalcan en el albergue de San Juan de Ávila.
    Un abrazo enorme.

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  24. Es una realidad. Pero demasiados inmigrantes son mal recibidos, o en apariencia sí, pero con poco alcance.

    Un abrazo

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  25. Hola, Francisco, nn relato que describe a la perfección la cotidianidad de nuestros días. El paralelismo entre aquel nacimiento hace más de dos milenios y la llegada de los jóvenes a Madrid resalta lo que comparten, ambos eran unos desposeídos y tuvieron que huir de su hogar en contra de su voluntad. Buen relato de navidad, está estupendamente narrado y me ha gustado.

    Suerte en el tintero y un abrazo.

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  26. Hola, Francisco. Un cuento navideño real y actual donde el espíritu navideño es su base. Lo has narrado con muy buen hacer haciéndonos participes como si fuéramos testigos de ello. Saludos y suerte. 🎅🏼🖐🏼

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  27. Hola, Francisco, gran historia la que nos has dejado aunque sea una gota de agua dentro de un inmenso desierto. Nos has contado la Navidad, la de verdad, la que nos conmueve a todos y cuyo espíritu se hace presente cada día en dos, tres o cuatro que se alojan en un portal. En contraste, la cruda realidad, el mirar para otro lado o el insulto, el desprecio o la agresión.
    Me ha gustado cómo nos vas llevando a ese final tan redondo de la mula y el buey.
    ¡Felicidades y suerte en el Tintero!

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  28. Precioso cuento de navidad, sobre todo porque es real y de cuento tiene poco. Aún recuerdo una cabalgata en mi barrio con un Baltasar blanco pintado de negro que mi hija, por entonces con dos añitos, notó que era un engaño.
    Un beso.

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  29. Hola, Francisco. Una historia entrañable, real como la vida misma, muy bien narrada, en la que unos seres marginados encuentran la luz entre las tinieblas de su penosa existencia. Imagino que mientras desfilaban Baltasar y sus pajes, se pellizcaban para asegurarse de que todo aquello no era un sueño.
    Suerte en el Tintero
    Un abrazo

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  30. Hola Francisco. Tu relato resulta más conmovedor sabiendo que es una historia real, una de tantas que nos hablan de la desigualdad de oportunidades que tiene alguien nacido en el tercer mundo con respecto a los que hemos nacido en el primero. Si tan sólo dejásemos a estos países construir su propio futuro sin expoliar sus recursos y fomentar guerras que sirven para enriquecer a unos pocos, otro sería el destino de la humanidad. Me gusta la crítica social que encierra tu relato, imprescindible e unas fechas en las que se nos llena la boca de buenos deseos. Mucha suerte en el Tintero, un abrazo.

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  31. Hola Francisco, esto es más que una historia, es el día a día. Lo mejor que nadie tuviera que emigrar por necesidad y que para el viajero siempre hubiese una puerta abierta.
    Un saludo y Felices Fiestas.

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  32. A medida que leía me sorprendía la forma en la que está narrado el relato, que convence al lector de que estás ante algo verídico, y que se trata más que un relato, una anécdota.
    Muy bien contado.
    Un saludo y suerte en el concurso.

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  33. Hola Francisco, me gustó y emocionó mucho tu relato, más real imposible, en todas las épocas han existido inmigrantes buscando un mejor futuro y el desarraigo es muy doloroso, que bueno que esos tres jóvenes de tu relato encontraron un lugar donde fueron bien recibidos, no todos tienen esa suerte, un abrazo y ya te seguimos, mucha suerte en el concurso, Patricia F.

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  34. Hola, Francisco. Una historia de buenas personas , que aunque están en extinción, aun quedan algunas. Un acierto lo del paralelismo con el belén y con los reyes magos. Por otro lado, te apetece seguir leyendo para ver el desenlace de los tres personajes de tu historia. El final también lo cierras de forma acertada. Saludos y suerte en el concurso.

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  35. Hola Francisco, pensé que te había comentado pero veo que no, porque no veo mi comentario
    Te diré que tu cuento es muy bonito real como la vida misma, y como yo digo siempre habrá gente buena que ayude a otras personas que necesiten, un lugar donde pasar las frías noches de invierno y ahora más que se a cerca la Navidad, te deseo mucha suerte con tu relato en el tintero de oro, y ya que estoy te felicito las fiestas, besos de flor.
    Pd, voy a leer otra entrada que tengo tuya retrasada, que es de miedo y no es de leyendas urbanas, ahora vuelvo, Que tengas un feliz día.

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  36. Hola Francisco, un relato conmovedor, con ese padre José que se desvive por hacer que los que no tienen nada y vienen de otras tierras tengan un cobijo y alguien con quien compartir su soledad haciéndoles partícipes de estas fiestas.
    Un abrazo
    Puri

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  37. Hola Francisco, un relato emotivo, que traza un paralelismo entre eso tres chicos y la puesta en escena del Belén, hay mucha gente que sufre en el mundo, por eso a mi también a la hora de escribir un relato en estas épocas, me es imposible narrar obviando toda esa tristeza, injusticia, desigualdad que reina en navidad y durante el resto del año, debería haber más personas como ese sacerdote, más voluntarios, mas deseo de cambiar las cosas, de conseguir que nadie tenga que jugarse la vida en una patera para huir de la muerte, el hambre, la miseria, o la persecució. Este tipo de relatos que pone énfasis en esas situación que sufren millones de personas, son como un grano de arena pero millones de granos de arena pueden hacer que las coas cambien. He disfrutado leyéndote, porque además tu narrativa es una maravilla, así que no me que otra que felicitarte por partida doble, por tu relato y por ese espíritu navideño que cree que las luces han de llegar a todos y no colgar de las calles como adornos fríos e inútiles. Enhorabuena, un abrazo, y suerte en el tintero¡¡

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  38. Francisco una historia conmovedora y reflexiva, pues siempre podemos hacer algo para aliviar el corazón y el dolor de los oprimidos y desposeídos, en especial sin son migrantes y vienen con la esperanza puesta en la bondad de los que los reciben.

    No todo es maldad en el mundo, hay mucha bondad en él, y que bueno que hayas creado esta historia para mostrarlo.

    Feliz 2022 y mucha salud y bienestar.

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  39. Agradecido por vuestro tiempo en la lectura y comentarios.
    Un abrazo.

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