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domingo, 14 de enero de 2018

Qué bello es vivir




Don Pablo Meneses a sus 57 años, era uno de esos que no escatimaba en gastos cuando se trataba de darse caprichos Que se le antojaba una bicicleta de montaña de carbono ionizado y componentes ligeros de fibra de vidrio ¡Se la compraba! ¡Total! ¿Que eran nueve mil euros de menos en su cuenta corriente?
Que le gustaba ese televisor HD Full extra plano con pantalla de plasma de última generación, en el momento que lo veía, lo adquiría ¿Para qué esperar al Black Friday ese, o a los días sin IVA?

El podía permitirse realizar esos desembolsos puntuales. Hacer realidad aquellos sueños que siempre tuvo mientras era tan solo un simple trabajador en activo.

Para su cumpleaños, por ejemplo, se regalaba viajes a lugares lejanos y exóticos donde pocos podían permitirse el lujo de ir ni con la imaginación. Siempre, en compañía de alguna mujer joven y despampanante, a la que agasajaba con joyas y lencería fina mientras brindaban con algún vino de los caros.

Cada domingo por ser fiesta, degustaba exquisiteces de gourmet en alguno de esos restaurantes de comida de diseño que aparecen en la guía Michelín, nunca con menos de tres tenedores. Para eso se habían inventado las Visa oro y platino.

La verdad es que la diosa fortuna le había sonreído desde que comenzó la crisis. Muy al contrario que a muchas familias que quedaron arruinadas por culpa del cierre de numerosas empresas que se fueron al garete, con los añadidos efectos colaterales en forma de despidos de multitud de trabajadores.

Época nefasta para la mayoría, se tuvo que rescatar a los bancos con dinero público procedente de impuestos y gravámenes al sufrido contribuyente. Todo por causa de algunos directivos sin escrúpulos, que ofrecían productos preferentes envenenados, a inocentes jubilados que invirtieron en ellos todos sus ahorros. De la misma manera negociaron con insolventes, créditos con desmedidos intereses y propiedades embargadas.

A él, como director de uno de esos bancos, le tocó marcharse por la puerta falsa de la entidad, contratiempo que le permitió redescubrirse, y comprobar que con el dinero que le ofrecieron como compensación por sus años de dedicación a la empresa y al cliente, y con lo que le quedaba de jubilación anticipada, tenía para vivir holgadamente el resto de su existencia.

¡En fin! Tras el escándalo todo seguía su curso, y él estaba encantado de haberse conocido. Se sentía un privilegiado y un hombre con suerte. Por ello hoy, se iba a pasar por la inmobiliaria para apalabrar la compra de una parcela de dos mil quinientos metros cuadrados con piscina, y una casa de tres plantas con vistas a la montaña en la localidad de Mira Sierra. No sin antes recoger en la joyería, el Rolex Cosmograph Daytona que estrenaría para la ocasión.

Arrancó el BMW deportivo y se marchó silbando como si nada, la melodía de " If I were rich" mientras pensaba a qué dedicar los fondos de inversión que había levantado con tanto denuedo, por si llegaban tiempos difíciles.



Derechos de autor: Francisco Moroz



lunes, 8 de enero de 2018

Dinero fácil

Antes de que comencéis a leer os indico que la frase del comienzo os sonará. 

Formó parte de un "relato a cien" de los que escribo que titulé: Orgullo paterno.

¡Pues bien! Recibí una petición muy especial durante las fiestas de navidad, la propuesta de redactar un relato algo más largo que le quitase algo de gravedad al que escribí en su momento. 

Puse dos condiciones y con ello evadí parte de la tarea, más bien toda la esencial (El que quiera peces que se moje el C--- )

Primera:

Que la idea de la trama fuese original e inventada por el peticionario.

Segunda: 

Que la escribiese en todo su desarrollo.

Yo solo me reservaría las correcciones de forma y estilo.

De esta manera quedó lo que leeréis a continuación, y que
ambos (dos) esperamos que os guste.





Su padre le dejaba conducir la furgoneta solo en días especiales, pues Alfredo tenía dieciséis años, aunque aparentaba más. No quería arriesgarse a que le pusiesen una multa, a pesar de que su hijo conducía con la técnica de un piloto de carreras.

Hoy tocaba trabajar aun siendo domingo, ya que no sobraba el dinero. Llevaban una semana planeando esta salida que recorrería el interior de una urbanización de lujo, parando en los objetivos señalados.
Alfredo arrancó el vehículo con nerviosismo, ajustó el retrovisor de la cabina, metió la primera y pisó el acelerador. El cambio de marchas lo manejaba con tal pericia que parecía una extremidad más de su cuerpo.

Cuando llegaron a la entrada del complejo, se dieron cuenta que una barrera les cerraba el acceso. El padre intercambió unas palabras con el vigilante y este les dejó paso franco. Giraron a la derecha, y en dos calles más, a la izquierda. La primera parada la realizarían a doscientos metros. Entonces el muchacho frenó suavemente y sin apagar el motor miró a su padre.
Este aprovechó para pasarle una pistola mientras el agarraba otra.

Abrieron las puertas y salieron con cautela, acercándose lentamente a la finca, mirando con recelo al otro lado de la cancela, donde se vislumbraba un jardín muy cuidado con setos recortados por manos expertas. Un poco más allá una fuente, y en el lateral derecho unos parterres cuajados de coloridas flores. Al fondo se veía una ostentosa edificación de tres plantas con amplios ventanales.

Su padre le señaló con la cabeza la cámara de circuito cerrado instalada sobre la puerta, y le indicó la gran caseta que había en el interior a la izquierda. Esa sería la zona de mayor riesgo y de la que más tendrían que estar pendientes mientras realizaban su trabajo.

Padre hijo intercambiaron una mirada, y el primero le pasó su pistola, comunicándole que el cogería el dinero.
De pronto se oyeron unos fuertes ladridos, y Alfredo comenzó a sudar de puro miedo. Ocurrió lo que temían. Una descomunal bestia negra con forma de perro se abalanzó contra la verja, gruñendo y enseñando sus afilados colmillos.

Después del sobresalto todo ocurrió muy rápido.
El padre introdujo precipitadamente una de sus manos dentro de la bolsa blanca, sacando las monedas que se hallaban en el interior, a la vez que su hijo depositaba las dos barras de pan, para finalmente correr hacia la furgoneta con el corazón palpitando a mil por hora.


Nadie hubiera dicho que ganarse un dinerillo repartiendo el pan, supusiese tamaña aventura.



Derechos de autor: J.M & Francisco Moroz



viernes, 5 de enero de 2018

Vamos a por todas ( Noche de Reyes)






–Eres muy cabezón chico ¿No te das cuenta que por ahí no se puede pasar y que es peligroso para tu salud, y que por puro capricho nos expones a un peligro innecesario también a nosotros?

– ¿Eso es lo que crees? Lo hemos hecho en otras muchas ocasiones, ¡Sin más! sin pensarlo tanto. Es una meta que nos planteamos cada nuevo año. Por eso estamos aquí, y de aquí no nos meneamos hasta que lo consigamos. 
Siempre hemos esperado esta noche con ansia viva para salir al encuentro de lo que más nos gusta, algo que nos encanta hacer. Una salida anual que preparamos con detenimiento desmesurado, incluso con estrategia planificada para situarnos en el mejor de los sitios.

–Sí muchacho, lo comprendemos, pero es que ya vamos teniendo una edad que pesa en lo que vale. Nuestra agilidad para realizar largas caminatas está muy menguada al igual que las fuerzas para cargar con las bolsas.
¡Y mira! También estamos un poquito hartos con tus retos personales. 
Es la misma cantinela de siempre cuando se acercan estas fechas: empiezas con que tienes muchas ganas, que precisas un subidón de adrenalina, que necesitas vidilla y actividad física. 
Pero esto es desmesurado y cada vez más difícil de lograr. Antes estábamos capacitados y preparados para ello, eramos más jóvenes y… ¡Mira! En el cartel pone claramente que es zona restringida y cerrada al tránsito rodado y que habrá muchas aglomeraciones, pocos accesos… Además ya han pasado muchos años y seguro que no lo vives con tanta ilusión.

– ¡Mirad compañeros si os queréis rajar os retiráis y punto! Ya lo haré yo solo ¡Yo me meto ahí sí o sí! Es tradición, y repetirla los tres juntos año tras año es nuestro propósito desde que tenemos uso de razón ¿No?

–¡Joder Paquito! ¡Si está muy bien! Nos gusta que te fascine la cabalgata y todo eso, pero ya tienes la suficiente edad como para saber que los reyes magos son de mentira, son tíos disfrazados y maquillados. También has de ser consciente que yo con las muletas y el otro con el andador no podremos llegar muy lejos con este mogollón de gente. Al final nos tirarán a empujones y a ver que explicaciones damos en la residencia de ancianos para que no nos encierren en la habitación una semana por habernos escapado a escondidas.

– ¡Ya!, ya! Muchas pegas, muchos inconvenientes y mucho lloriqueo, pero después bien que disfrutáis chupeteando sin la dentadura los caramelos que podemos recoger ¡Y es más! Esta vez para vuestro consuelo yo me comprometo a llevar las bolsas llenas de chuches en mi silla de ruedas para que no os canséis ¡Menudo par de viejos estáis hechos! Yo voy hasta con el pañal mojado y no me he quejado todavía.
¡Hala, espabilad que esto esta petaó y casi no quedan sitios en primera fila!...

¡La madre que parió a los niños! ¡ Siempre están en medio estos mocosos, acaparándolo todo! 
A ver si dejáis alguno para los abuelos ¡Leches!


Derechos de autor: Francisco Moroz




jueves, 28 de diciembre de 2017

Los pobres inocentes





Casi terminando la jornada laboral el jefe de recursos humanos le llamó a su oficina para comunicarle que su contrato temporal no se lo iba a renovar. Se le desvanecieron las ilusiones que tenía de pillar las vacaciones de verano que le debían desde el año pasado y dada su edad, las esperanzas de encontrar otro curro. Se encogió de hombros. Iba a ser un parado de larga duración.

De vuelta a casa conducía nervioso mientras planeaba que iba a hacer con su vida. Eso le costó un buen abollón en el coche cuando el conductor que llevaba delante frenó en un semáforo en rojo. Tardó casi tres cuartos de hora en rellenar el parte amistoso. El seguro a terceros que tenía contratado, no le cubriría sus desperfectos y le subiría la tasa. Ahora tendría que utilizar el transporte público.

Al abrir la puerta del piso, salió a recibirle su mujer enfurruñada por su tardanza. Aguantó la bronca impertérrito, con la paciencia del santo Job, y aún así ella le puso cara de perro, comunicándole a continuación que fuera pensando en el divorcio, que iba en serio, y que se preparara la comida, pues ella se iba a casa de su madre. Hoy comería fuera de casa y más tarde buscaría un abogado que dirimiera pleitos matrimoniales.

Su hijo estaba en el cuarto con los cascos puestos y tecleando frenético en su Iphone. Con la música a todo volumen, al igual que las luces y el ordenador. Ni tan siquiera le saludó, llevaba una temporada como ausente, como en otro planeta del que él, su padre parecía no formar parte. Más tarde encontraría las calificaciones del  primer trimestre encima de la encimera de la cocina. Todas suspensas menos una. Estaba tan cansado de insistirle para que estudiara y fuera el hombre de provecho que él quería que fuese… Ya no daría más lecciones dimitía como cabeza de familia.

Se metió en la ducha para relajarse, después del día que llevaba lo necesitaba. Naturalmente cuando estaba desnudo y con el grifo abierto volvió a recordar que la caldera llevaba un mes sin funcionar. 
Sonó el teléfono y tuvo que salir mojado, helado y envuelto en una toalla.
La llamada era de una agencia de préstamo en la que le reclamaban tres mensualidades con sus respectivos intereses de un crédito que había solicitado para pagar unas letras retrasadas de la hipoteca y la derrama de la comunidad de vecinos.

Hoy se marcharía de allí para siempre, desaparecería para todos, no volverían a oír hablar de él. se iría a vivir al extranjero donde nadie le reclamara nada. Se olvidaría de mujer, hijo, familia, vecinos, compañeros y jefes y también dejaría atrás las deudas contraídas.

Se vistió de nuevo con su ropa más elegante, y mientras preparaba su maleta pensaba en que la jornada le estaba saliendo redonda. Nunca pensó en la mala suerte ni era supersticioso, tampoco creía que le echaran un mal de ojo ni en que estuviera gafado. Pero que en un día como el de hoy le estuvieran ocurriendo todas estas cosas, era más que casualidad. 

Parecía que los hados le estuvieran preparando el camino para un cambio radical en su vida, esa segunda oportunidad que se merecía, esa libertad para hacer lo que quisiera sin rendir cuentas a nadie.

Esta noche la pasaría en un hotel después de cenar en un buen restaurante. Se iba a dar un buen homenaje. Mañana cogería el primer vuelo a Cancún y allí comenzaría su nueva andadura con otra identidad.

Que inocentes habían sido todos al haberle dado la espalda en su mejor momento, justo un 28 de diciembre.

Ahora no compartiría con nadie ese premio gordo de la lotería que le permitiría a partir de hoy realizar todo lo soñado durante sus 48 años de existencia. No confiaron en él, pues pensaron que era un pobre perdedor.


Derechos de autor: Francisco Moroz




sábado, 23 de diciembre de 2017

Sobre todo noche de amor


Con esta entrada aprovecho para desearos a todos unas ¡Felices Fiestas!

 "La felicidad consiste en vivir con intensidad cada momento, agradecer cada detalle y disfrutar el instante."

                        ¡Seamos felices pues!







–Agente, repórteme de inmediato su informe sobre los hechos.

–En la madrugada del 24 al 25 se produjo la detención de un varón joven de origen judío que circulaba con su burra por las calles de la ciudad. Al darle el alto intentó escapar, pues iba con María, y sin casco.

–Un caso claro de tráfico de estupefacientes.

–No señor, María es su esposa, que le acompañaba en la moto. Según José, el sospechoso, estaban buscando un alojamiento digno y en caso de no encontrarlo, nos dijo, estaban dispuestos a montar un belén.

–Está claro que el individuo es conflictivo.

–El problema es que estaban esperando “Al niño”

– ¡Ya le digo yo que estos dos están relacionados con el mundo de la droga!

–No inspector, es que María estaba embarazada y a punto de tener a su primer hijo. --Pues como le decía– ante lo urgente del acontecimiento nos pareció apropiado meterlos en un portal, y en pocas horas el lugar se lleno de gente curiosa, algunos intentando ayudar a la pareja de inmigrantes, llevándoles mantas y bolsas con comida o caldo caliente. Otros como borregos, estaban por allí para hacer bulto y fisgonear.

– ¿Y qué carajo es lo que pasó con los periodistas?

–Los de la prensa rosa del corazón, que en cuanto se enteraron del suceso, se olieron una exclusiva y aparecieron con un helicóptero que estuvo sobrevolando con un potente foco, que iluminaba la zona del acontecimiento. Hasta unos camellos se acercaron por allí…

– ¡Que le digo yo que aquí hay temita de narcotráfico y contrabando…

–Los camellos eran de un circo que los prestaba para la cabalgata de reyes del día 5, y pasaban por allí junto con sus cuidadores.

– ¿Y lo del escándalo del Ángel?

–Un vecino del edificio con dicho nombre, que se asomó a la ventana para pedir a gritos un poco de paz, que tenía que madrugar para ir a currar, que se tuviera un poquito de buena voluntad entre la concurrencia y bajaran un poco el volumen de las voces. Como nadie parecía o quería oírle, agarró una trompeta y se puso a tocar con todas las ganas de incordiar al personal y hacer más ruido que nadie. Otro se animó y bajo de casa un tambor y se puso a redoblar, y hasta se hicieron coros a dos voces con ese villancico del "Porropompón". ¡Menuda fiesta en torno a un nacimiento!

– Y qué es eso que ha llegado a mis oídos ¿Qué la pareja no quiere comparecer ante mí en la comisaría?

–Al parecer algún policía ha confraternizado con ellos y les ha transmitido las malas pulgas que tiene usted, su dureza y la falta de parcialidad con la que trata a los detenidos. Dicen estar seguros que aunque fueran santos e inocentes no recibirían un trato justo…

–Bien, esperaremos a mañana que habrá pasado parte del revuelo mediático para solucionar ese detallito. Quizá mande un furgón de antidisturbios para detener a todo el que siga por los alrededores tocando el tambor o las narices.
Eso es todo agente, puede retirarse.

–Por cierto señor–  El entorno es una pura fiesta, la gente es feliz sin motivo aparente. Cantan y bailan, se abrazan y se felicitan entre ellos.
El José parece ser un santo varón, da gusto ver con que respeto y dulzura trata a su mujer. De María que le voy a contar, enamoradito me tiene con su belleza serena y natural. Y el pequeñín le va a encantar, es precioso, irradia una ternura que emociona, y tiene una sonrisa cautivadora... A mí me sonrió mientras me cogía el dedo con su manita…

– ¡Agente basta ya! ¡Retírese! Está claro que por allá están circulando sustancias psicotrópicas.

–Pero...

– ¡Que se retire coño! Tanta paz y tanto amor...

 –A sus órdenes inspector Herodes.


Derechos de autor: Francisco Moroz




martes, 19 de diciembre de 2017

Espartacos




Gladiadores era el calificativo con el que se les conocía en la localidad. En realidad eran los miembros del cuerpo de bomberos que dentro del sector adjudicado, daba también servicio a un poblado chabolista. Un lugar dejado de la mano de Dios y de las autoridades incompetentes, y al que nadie en su sano juicio se le ocurriría entrar.

Mercado de droga y trapicheo de mercancías robadas. Allí cohabitaban la flor y nata de la delincuencia barriobajera y los clanes familiares de etnia gitana más violentos, que se dedicaban a cualquier negocio ilegal conocido.

Justo fue donde se declaró un incendio de madrugada, cuando todavía las luces de las farolas no se habían apagado, y el vaho que emanaba del alcantarillado era tan denso como la niebla que se formaba en los marjales. Dos camiones con sus dotaciones completas salieron con la urgencia que aullaban las sirenas.

Cuando llegaron al lugar del siniestro se encontraron no solo con el fuego que consumía los chamizos y la basura, también con un enfrentamiento entre los miembros de la comunidad marginal y la policía, que impotente, se encontraba desbordada sin atreverse a intervenir con la contundencia necesaria para sofocar la algarada.

Al parecer, el foco de las llamas se había originado en una de las infraviviendas que a su vez resultó ser también, un laboratorio de cocaína clandestino, junto a la que se habían levantado barricadas para que los efectivos policiales no entraran a confiscar el producto y efectuar detenciones.
Mujerzuelas malcaradas y tipejos desarrapados les lanzaban cascotes, piedras y botellas cada vez que hacían amago de acercarse.

El jefe de las dotaciones, un tipo bregado en el oficio, tomó la decisión automáticamente. Dio la orden de desplegar las mangueras y ponerlas enfrentadas donde se concentraba la mayor parte del conflicto, solo avisó una vez a los exaltados para que se quitasen de enmedio, la siguiente orden fue la de abrir las espitas a toda presión.
En cuestión de una media hora todo había finalizado.

Habían matado tres pájaros de un tiro: Apagaron las llamas, los ánimos encendidos de los basiliscos furiosos, inutilizando una cantidad de droga considerable que no saldría al mercado quemando y consumiendo vidas.

Una vez más los gladiadores habían salido vencedores en el circo mediático que conformaban con su desidia políticos ineptos y pagados de sí mismos, y que solo sabían levantar pulgares victoriosos en época de elecciones, ignorando por otro lado, a aquellos que se batían el cobre en las arenas de la cruda realidad de aquella ciudad.


Derechos de autor: Francisco Moroz

domingo, 10 de diciembre de 2017

De corazón





¡Qué sueño tan maravilloso!¡la veo, la siento!
¡Noto su energía positiva! y oigo claramente sus palabras:
-"Te deseo de corazón una larga y hermosa vida"

En mi inconsciencia mi mente jugueteaba con esa presencia que me hablaba comunicándome su amor. ¡A mí! que hasta ahora era como un muñeco de trapo desarticulado y sin esperanza. 
Marioneta de cuerdas rotas a la que ya nadie era capaz de insuflar vida ni movimiento.

Recuerdo una llamada, voces lejanas y mucha precipitación a mí alrededor. 

Todo carreras y ruidos, órdenes tajantes que se daban unos a otros mientras me sumía poco a poco en un sopor inducido. 
Los párpados me pesaban, era incapaz de enfocar la vista en nada concreto, adormecido y súbitamente cansado como estaba, me dejaba llevar sin oponer resistencia.
La boca seca, la mirada turbia y la mente confundida; mente que intentaba encajar respuestas a preguntas no formuladas todavía.

¿Dónde estaba?¿Qué pasaba a mi alrededor?¿Quiénes eran los que me llevaban casi en volandas?¿Y a qué lugar?
Después una luz intensa sobre mi y más tarde la tranquilidad del silencio, la oscuridad y la nada...

Más tarde ese sueño maravilloso, vivido y cierto de una presencia luminosa de un ser desconocido y radiante que se comunicaba conmigo, alentándome y deseándome suerte con mi nueva vida.

-¡Un ángel! ¡Seguro! -me dije. Me muero inevitablemente ¡Es eso! presentía un fin y un principio. El convencimiento de que se me ofrecía una nueva oportunidad, un renacer a otra dimensión desconocida y perfecta. Como ser luminoso y lleno de energía.

Pero fui despertando de mi letargo. Confusión y ninguna evidencia de nada de lo que ocurría a mi alrededor. Era como repetir el proceso pero a la inversa.

De nuevo sentía presencias a mi alrededor, pero más tangibles y reales, menos etéreas, no pertenecían a ninguna onírica evocación de esa otra soñada anteriormente. Mi cuerpo relajado por la sedación a la que había sido sometido empezaba a reaccionar, mis ojos se fueron abriendo y mi cerebro fue ubicando el entorno en el que me hallaba. 
 

Alguien me agarró la mano y la apretó trasmitiendo su calor, una voz tamizada llena de buenas vibraciones me anunciaba que la operación había sido un éxito.
  
Después me aclararon el porqué de la urgencia, los problemas de mi músculo cardíaco para bombear la sangre necesaria para que la vida fuese posible. Me explicaron el rápido traslado al hospital, había aparecido un donante repentino por causa de un accidente de tráfico...

Pasados los años todavía soy capaz de recordar el sueño. La presencia sonriente que yo creía un ángel y sus únicas palabras dirigidas a mí, al que había perdido toda esperanza de sobrevivir:

-"Te deseo de corazón una larga y hermosa vida"

Fue por entonces cuando encontré el sentido a la generosidad, al altruismo y a la bondad, marcándome de inmediato un objetivo en lo que me restara de esta vida donada: Cuando llegara el momento yo también me convertiría en un ángel, que desearía de corazón a otro ser desahuciado, una larga y hermosa vida. 




                                     Este relato está dedicado de corazón, a todos los generosos donantes de órganos.




Derechos de autor: Francisco Moroz

jueves, 30 de noviembre de 2017

¡Que miedito!





En una noche sin luna, en la cuneta de una carretera apenas iluminada por tenues luces de farola, dos misteriosos personajes parecen conversar cómodamente a pesar de la baja temperatura ambiente.

– ¿Entonces, tu estrategia para aterrorizar a la gente consiste simplemente en hacer autostop?

–Básicamente, pero más elaborado. Si paran, me monto en el coche les miro con ojos lánguidos y cuando los tengo confiados y entregados a mi persona, les conmino a comprarme el primer tomo de la biblia en verso ilustrada por el beato San Agapito de la jofaina; el terror de sus caras es evidente cuando ante la negación, me pongo a pegar gritos, amenazándoles con denunciarles por intento de violación. Si la que conduce es mujer, simplemente me esfumo.

– Pues si que te lo montas bien chica.

– ¿Y tú? ¿Cómo lo haces?

–Yo me lo curro en aquel edificio deshabitado que se aprecia tras la neblina. Allí llevo a los pardillos que se pierden en el bosque, los ato a una silla y los torturo a base de sesiones completas de telebasura para después rematarlos a golpe de pan, como buen psicokiller impenitente que soy. Entonces se deshacen en suplicas y en lágrimas pidiendo tortas.

– ¿Con pan? poco dolor puedes infligir con eso ¿No te parece?

–No te creas, utilizo una hogaza de cuarto kilo de hace dos semanas, y eso es contundente. Es todo un poema ver sus caras.

En esta charleta amigable se hallaban estos dos, cuando desde detrás de unos arbustos sale imprevistamente un individuo siniestro, aferrando unos papeles con una mano y con la otra empuñando un bolígrafo Bic punta fina que esgrime contra ellos de manera amenazante.

Ella se parapeta detrás del psicópata y este levanta las manos intentando protegerse de la supuesta agresión.
El energúmeno se dirige a ellos de viva voz, sin tono melifluo alguno.

– ¿Qué pasa? ¿Disfrutando de un momento relax? ¡La última vez que os salís del guion joder! – Y señalando alternativamente a la muchacha y al hombre les dice: ¡Tú a la curva, y tú al caserón! – ¡Leches, ya no hay respeto alguno por el autor de género de terror


Derechos de autor: Francisco Moroz









domingo, 19 de noviembre de 2017

Tu lucha





El infierno se ha desatado a tu alrededor, los demonios rojos están a las puertas de tu fortaleza. Destrozan a su paso todo aquello en lo que creías, aquello que amabas y protegías con denuedo. Pisotean con sucias pezuñas las ideas que te movieron a crear algo grande en su concepto. Corrompen con sus alientos fétidos el mismo aire que respiras.

Consideras como algo inconcebible el que esto esté ocurriendo, que en breves instantes te localicen y acaben con tu sublime existencia de una forma indigna que no mereces.

Años de conflicto y enfrentamientos en diversos campos de batalla te dieron la razón. Eras el dios supremo que con mano fuerte, regias los designios de los pueblos sometidos a tu firme voluntad.

Lo que deseabas lo obtenías a sangre y fuego. Ahora la anterior prepotencia se ha convertido en gemido, en rabiosa e insistente súplica que nadie parece escuchar. Los que te protegían, abanderando tu causa, te abandonan o mueren inútilmente. 
Solo quedas tú, relegado en el último bastión que asaltarán en breve las fuerzas que representan el mal. También permanece, la más fiel de las compañera que uno podría desear, aparte de la muerte cierta.

La besas por última vez, la tomas de la mano y te diriges a una habitación adjunta donde de manera pausada y ritualista le descerrajas un tiro, para a continuación dirigir el arma contra tu persona y hacer lo mismo.

Antes de exhalar tu postrero, aliento tienes una visión certera de un futuro mejor, en el que miles de guerreros tomarán el testigo defendiendo tus mismos ideales. Continuarán tu lucha y volverán a desatar otro infierno.

–El dos de mayo de 1945, mientras los defensores rendían la ciudad al ejército rojo, seguía lloviendo ceniza sobre Berlín.–



Derechos de autor: Francisco Moroz

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Un Halloween para celebrar





Me acuerdo todavía como si fuera ayer, aunque ocurriera hace ya unos cuantos años, coincidiendo con las fechas en que la celebración de Halloween nos proporcionaba a los estudiantes, la excusa perfecta para desmelenarnos y montar fiestas para disfrutar de una noche de juerga en mitad del curso universitario.

Recuerdo que mi disfraz de bruja era de lo más original. El negro me favorecía, y el rímel destacaba estos ojos verdes del que todavía se quedan atrapados los hombres como en una tela de araña.

A todos los que se me arrimaban aquella noche, con la intención de hacer conmigo, conjuros en la oscuridad del parque donde estábamos reunimos para beber, cantar, y hablar a voces. A todos ellos, les di calabazas y les hice perder toda esperanza como a los que entran en el infierno de Dante. Yo me reservaba para un ser superior.

Pero la bebida, la juventud y la insensatez, no son precisamente los elementos de una fórmula magistral, y aquella noche me dio por mezclar alcohol como si preparara pócimas mágicas que me permitiesen volar con la escoba que portaba como complemento de mi disfraz. Estudiaba químicas, y tendría que haber sabido que esto, como lo de la piedra filosofal, es algo imposible.

Llegó un momento en que las carcajadas parecían provenir de seres malignos que me rodeaban de manera siniestra, las luces desvaídas de las farolas parecían indicarme un camino sin retorno, e incluso la música heavy que sonaba, la oía como los ladridos del cancerbero que guarda las puertas del reino de los muertos.

Perdí el control de mi cuerpo, cayendo al suelo estrepitosamente golpeándome en la cabeza con el borde de un parterre. Pero eso lo sé porque me lo contaron a posteriori.
Algún compañero llamó al Samur y una unidad me trasladó al hospital más cercano.

Cuando desperté me encontré en una habitación donde dominaba el color blanco, hasta las luces fluorescentes me parecieron ese túnel que antecede a los que se despiden de la vida. Cuando mi mente comenzó a centralizar y ordenar los datos, mis ojos enfocaron a un ser luminoso vestido con el uniforme que deben vestir los seres celestiales que habitan al otro lado, donde van aquellos que no son tan malos como aparentan.

Me miraba fijamente a la cara y me sonreía como dándome la bienvenida a otro plano trascendental más perfecto, donde es imposible sentir dolor ni inquietud. En donde la seguridad era prioritaria y la felicidad alcanzable.
Sus primeras palabras fueron:

–Parece que la brujita Samantha regresa de su viaje astral por mundos etílicos imaginarios.

Y yo como muchacha ingenua y algo atolondrada le pregunté:

– ¿Cómo sabes mi nombre y de donde vengo? ¿Eres un ángel?  –enmudeciendo a continuación muy sorprendida cuando me respondió que era mucho más que eso.
Pensé para mis adentros que ese era el ser superior que me correspondía, y que la casualidad no existía.

Y de esta forma es como conocí a Gabriel, vuestro padre. Por entonces un joven médico de urgencias con la carrera recién terminada. Y es por ello que os llamamos como os llamamos de forma cariñosa.


Pues de la unión de un Arcángel y una bruja solo pueden nacer diablillos inquietos como vosotros.

Derechos de autor: Francisco Moroz

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