Poco
antes de que los domingos fueran amargos en Calais se festejaban.
El lugar donde
el estrecho se hace muy ancho y pasar al otro lado es todo el futuro de algunos.
15
muertos esta vez, mañana quizá más.
Murieron no solo los cuerpos de aquellos que quisieron vivir; también las ilusiones fraguadas durante el largo camino del éxodo, sin privilegios de pueblo elegido ni tierra prometida.
Acarrearon
en sus espaldas: incertidumbre, miedo, soledad y abandono. Portaron miradas
esperanzadas y alguna feliz utopía que se diluyeron como sal, al llegar a las
fronteras.
Derechos de autor: Francisco Moroz
un micro muy buen en recuerdo a esa gente que muere buscando una vida mejor. Un abrazo
ResponderEliminarÚltimamente y por desgracia son muchos más de los que creemos que son.
EliminarUn abrazo.
Ohhh precioso, ¡cuántas vidas perdidas!
ResponderEliminarUn besillo.
Por desgracia parece que no nos afecta demasiado, acostumbrados como estamos a leer y oír noticias como esta.
EliminarGracias María.
La frase de apertura es sumamente evocadora, y tú le has dado un giro reflexivo, profundo, alusivo y genial. Me encantó!!!
ResponderEliminarUn beso!
Fer
Gracias Fer.
EliminarLa frase de apertura ya sabes que es obligatoria para empezar.
Ya te mandé enlace.
Un beso.
Muy emotivo, Francisco. Es terrible con la calma con la que nos tomamos esas noticias de los muertos en el Canal, en el Mediterráneo en el Atlántico. O en el bombardeo de Alepo de cada día. Lo tomamos ya como algo habitual. Creo que nos estamos acostumbrando a tomar como normales cosas que de normales no tienen nada.
ResponderEliminarUn beso.
Así es Rosa no solo este tipo de noticias sobre personas que pierden la vida buscando otra mejor a la que tienen, también las muertes de mujeres a manos de hombres, de jóvenes en las carreteras y de niños a manos de gentuza y explotadores... Parece que estuviéramos anestesiados por el exceso de ellas.
EliminarLa pregunta es: ¿Qué hacemos para remediar tanto despropósito?
Un beso amiga.
No somos conscientes de la tragedia que se vive con los que se juegan la vida para conseguir un lugar mejor donde vivir. Hace años, durante un veraneo en Fuerteventura, una patera naufragó a escasos trescientos metros del hotel donde yo me alojaba. Mientras yo vivía feliz y relajada en mi mundo confortable, cerca, muy cerca, seres humanos como yo, morían buscando una oportunidad mejor que la que la vida les había concedido.
ResponderEliminarEste relato me ha hecho recordar el desasosiego que sentí aquella vez. Gracias por recordármelo.
Besos.
Lo que no somos es suficientemente agradecidos por las cosas que tenemos y la comodidad e la que disfrutamos.
Eliminarnos quejamos del trabajo, de lo que dan que hacer los hijos, de los vecinos, de los perros que ladran y el ruido de las fiestas... nos quejamos e mil y una cosa que parecen venir a incomodarnos de continuo sin parar a reflexionar sobre lo que darían muchos por poseer o disfrutar e nuestro bendito entorno.
Somos así Paloma, seres humanos inconformistas y desagradecidos.
Besos
Es tremendo lo que ocurre con esa pobre gente que deja su casa, o lo que queda de ella si es que queda algo, que por norma general no queda nada y su vida, para buscar una mejor y encuentran la muerte, da mucha pena y tristeza de modo que has relatado una realidad muy presente en estos momentos y que quizás deberíamos ser mas conscientes del drama humano que hay detrás de cada una de esas muertes, porque si ya es triste huir de la guerra y la miseria, encima encontrar la muerte en busca de una vida mejor, ya dejar la guerra es bastante, causa una inmensa tristeza cuando ves y oyes las noticias, y parece que esto no tenga fin. Gracias por trasladarnos una triste realidad de la forma que tan bien lo haces. un beso. TERE.
ResponderEliminarNo dejan nada por lo general, porque no tienen nada. Les fue arrebatado y destruido, salvan la vida si pueden pero la van perdiendo por el camino del exilio forzado.
EliminarEs cierto que las soluciones las deben tomar los gobiernos de las naciones, pero parece que es más cómodo para todos, mirar hacia otro lado.
Besos Teresa.
Nada que celebrar... =(
ResponderEliminarEn estos casos: Nada de nada.
EliminarBesos
Sobrecogedor micro, donde esa injusta realidad no es más que el reflejo de lo que hemos ido urdiendo silenciosamente unos (la mayoría) y escandalosamente otros (la minoría). Los medios de desinformación que usan los gobiernos de turno hacen de correa de transmisión para el "lavado de cerebro" diario de sus ciudadanos a los que poco a poco se les inmuniza del dolor ajeno. Toda una epopeya para esos emigrantes si logran salir con vida en esa utópica búsqueda de un mundo mejor y mi condena más absoluta a este sistema depredador de seres humanos.
ResponderEliminarGracias un día más, amigo y compañero de letras Francisco por hacernos conscientes de esta cruda realidad.
Un fuerte abrazo.
P.D. Me tienes en ascuas esperando tu aportación para el concurso de El Círculo de Escritores.
Sí querida Estrella. Es fácil echarle la culpa a esta sociedad, a los políticos de turno que son en la parte que les toca culpables, pero no menos que nosotros que conocedores e la tragedia no ponemos remedio a nuestro sistema consumista y depredador. Como ejemplo te diré que una consulta de dentista y mientras esperaba, ojeaba una revista e esas intrascendentales donde te hablan de todo un poco y de nada en concreto en profundidad. Mi sorpresas fue leer en una de sus páginas la noticia sobre uno de los atentados de los muchos que son cometidos por los extremistas musulmanes contra sus propios hermanos. En la página siguiente una pareja de modelos estupendos y perfectos en sus formas anunciaban un perfume de: a 90€ la botellita. Con eso queda dicho todo y con un par de programas basura de los cientos que hay por televisión.
EliminarLas gracias a ti por leer lo que escribo. Por cierto ya cuelgo hoy mi aportación en el círculo.
Un abrazo
Las ilusiones y la esperanza suelen estar hechas con la misma materia que los sueños, se diluyen como espejismo dejando desilusión, dolor y desengaño.
ResponderEliminarEs triste que en pleno siglo XXI, este tipo de calamidades no se hayan paliado de alguna manera. El egoísmo no se puede erradicar parece ser.
Saludos compañero
Francisco, tu relato me ha hecho pensar, es un tema que me parece terrible.
ResponderEliminarAyer justo escuchaba sobre el documental Astral que se está emitiendo en algunos cines para recaudar fondos impulsado por Jordi Evole que trata sobre este tema.
Creo que es imposible ponerse en la piel de unas personas que saben que pueden perder la vida en el camino, a los que roban, violan, agreden, que lo pierden todo, que incluso si consiguen llegar a esa Europa con la que sueñan, lo más probable es que los vuelvan a sus países y siguen intentándolo porque es tanta su necesidad de conseguir esperanza.
Parece imposible poder ponerse en su piel, pero sí, se siente impotencia y dolor al verlos, se siente vergüenza al saber lo qué hacen los gobiernos, nuestros gobiernos con ellos, se te parte el alma y siento admiración por aquellos anónimos que se dejan la piel en el mar para salvarlos, sin medios y sin ayudas solo con su fuerza de voluntad. No sé cuál es la solución pero desde luego nos estamos equivocando, esos que se suponen piensan tanto deberían sentarse y analizar (sin intereses) qué se puede hacer con estos países, buscar respuestas con ellos porque seguramente la solución no es que se marchen sino conseguir que en sus países puedan vivir, puedan tener esperanza aunque ya no sé si eso es una utopía y yo una idealista.
Un beso
Hoy por hoy Conxita sean bienvenidos los utópicos idealistas que se mueven a favor de buscar soluciones. Son los inmovilistas y conformistas los que sobran en una sociedad tan enferma como la nuestra a nivel global.
ResponderEliminarLas personas siempre han muerto en guerras cruentas, en movimientos migratorios,siempre ha habido violaciones, maltrato, explotación. El ser hombre nunca ha dejado de ser un lobo para el hombre.
Pero lo incomprensible es que con los medios que hay en la actualidad se podría hacer algo al menos para paliar estos sucesos tan sangrantes. Las ONGS hacen lo que pueden, pero respaldadas por las donaciones particulares. ¿Cuántos ciudadanos se comprometen con ellas?¿Somos capaces de renunciar a nuestras comodidades, nuestro nivel de consumo, a las fiestas, a los viajes...?
Se trata de conciencia y en lo que también decía Ghandi: Lo que te sobra a ti, es lo que les falta a los pobres.
Al menos seamos agradecidos por lo que podemos ser y tenemos. Somos muy afortunados incluso estando en el paro si nos comparamos con estas gentes.
Agradezco tu sentido comentario. Besos amiga.
Muy triste relato y de una realidad aplastante que cada día se ve más a menudo. Lo peor que la mayoría de personas ven en esas otras que tratan de escapar a terroristas más que a seres humanos o alguien que viene a quitarle sus oportunidades..., no sé estás cosas son las que me hacen tener cada vez menos fe en la raza humana.
ResponderEliminarUn saludo.
Una historia de este tipo nunca deja de ser actual, los movimientos migratorios en este mundo cada vez más inestable y revuelto, es el pan de cada día.
Eliminaresto no es óbice para que recordemos y no olvidemos que las gentes luchan por su supervivencia mientras otros nos parapetamos en nuestra comodidad. si podemos echar una mano sea del modo que sea, hagámoslo.
Besos Mariola.
Profundidad y conciencia en este micro de una tristísima realidad.
ResponderEliminarYa lo dice tu título nada que celebrar.
Besos.
Ya podríamos inventar historias que a la realidad no hay quien la gane en crudeza.
EliminarBesos