Lluvia
llena de melancolía
que me
traes recuerdos de voces muertas;
y de versos
suspendidos en el aire
de
antepasados poetas.
Lágrimas
que brillan al caer
por los
cristales,
al igual
que por caminos estelares
empapados
de soles y de estrellas.
Darme un
sentido a mi existencia,
que es
caer y caer eternamente
sin grabar
en lo profundo de mi cauce,
la enseñanza del tranquilo aprendizaje del camino.
Me
instruiré algún día del rocío
que se extiende entre las plantas con caricias.
y también de tus gotas, que besan cristalinas
con dulzura de madre al hijo en el reencuentro.
Lluvia pausada.
Muéstrame tu serenidad y tu paciencia.
El
armónico caer de tu fluida esencia
que
alegra y hace cantar a los regatos.
Llenas ríos y lagos profundos con constancia,
moldeas
las rocas y paisajes de las cumbres.
Regalas tu dádiva generosa en las fontanas
dando de beber tu agua al caminante.
¡Ojalá
llegue a comprender! y a estar atento
antes que el afluente se me agote,
sabiéndome acercar a los que aguardan
heridos, sedientos y expectantes.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Hermosa oda a la lluvia, es impresionante ese sentirla y querer entender...... Besos Francisco.
ResponderEliminarLa lluvia como metáfora de una actitud vital muy humana.
EliminarBesos Marijosé
Hoy también llueve en mi tierra y a mi la lluvia me pone melancólica. Gracias a tu cálido poema empiezo el día con otro talante, ¡gracias, Francisco! Me ha encantado lo del rocío que acaricia a las plantas ;-)
ResponderEliminar¡Un besazo!
Me agrada colaborar de esta manera a que tu día sea más llevadero con lluvia o sin ella.
EliminarTe mando una caricia como la del rocío.
Besos Guapa.
Precioso poema a la lluvia, agua tan necesaria para apagar la sed y segar los campos. Y la poesía para regar las almas. Un abrazo Francisco
ResponderEliminarSi señora que bien te quedó eso de: Lluvia para regar campos y poesía para regar las almas. Tú eres poetisa también.
EliminarMuchos besos Mamen.
Es un precioso homenaje a la lluvia, lluvia melancólica en tu caso, me ha gustado mucho. La verdad me gusta mucho la lluvia, y ver llover, ahora la mejor lluvia la que se produce en el campo y como huele después es la mejor sensación que con nostalgia también recuerdo. un abrazo. TERESA.
ResponderEliminarEse olor a tierra mojada y a ozono es lo mejor cuando llueve, causa esa sensación de cuando huele a limpio. El aire se purifica y te invita a respirar con mayor profundidad.
EliminarAl que no le guste este tipo de lluvia pausada que se vaya al desierto. Je,je.
Gracias por tus palabras como siempre tan esperadas.
Un beso Teresa.
Lágrimas que brillan al caer por los cristales...
ResponderEliminarPrecioso Francisco, un poema lleno de sensibilidad y armonía.
Gracias por la belleza de tus letras; hacen que la lluvia de estos días sea aún más bienvenida, además de saludable, inspiradora de tu tinta.
Un gran abrazo.
La lluvia se presta a ser muy metafórica. Hay que aprovecharla y mojarse, calarse,empaparse de ella ahora que parece que los cielos se abren para dejarla caer. ¡Ya era hora! el calor era muy agobiante, en esta vida todo tiene su momento, y ya es tiempo de otoño y lluvia.
EliminarLa belleza de las letras está en la mirada e quien las lee.
Un abrazo Miguel.
Un poema muy melancólico o tal vez me lo parece a mí porque me recuerda al otoño y la vida en otoño parece que se oscurece y más aún si la lluvia la arrastra hacia no se sabe donde... aunque con estos calores, un poco de lluvia no vendría ni tan mal.
ResponderEliminarUn beso poético y lluvioso.
Estoy yo muy bucólico en estos días tan propicios para serlo, pero no te creas que es de tristeza, sino más bien de ensoñaciones y morriñas varias en las que se echan de menos a personas y situaciones pasadas. El agua refresca y apaga la sed y muchos incendios interiores.
EliminarBesos Rosa.
Versos introspectivos donde ese precioso diálogo con la lluvia nos conmueve empapándonos el alma de profunda melancolía.
ResponderEliminarComo siempre una delicia pasarme a disfrutar de tu creatividad, querido compañero y amigo Francisco.
En cuanto a mi profesión ya estoy prejubilada, supongo que ya conoces lo traicionera y estresante que es esta profesión, menos mal que en mi caso ya toda esa pesadilla quedó atrás hace años.
¡Con mucho gusto seguiré pasando por tu "casa" a visitarte!
Un gran abrazo.
De esos son mis versos esta vez y casi todas las veces. de esos que te hacen mirarte por dentro y evaluarte como crítico objetivo evaluando lo que eres y lo que te gustaría llegar a ser.
EliminarMe alegro que disfrutes de esa pre-jubilación que te sienta tan bien.
Y gracias, muchas gracias por tenerme en tan alta estima, aunque no soy para tanto, se agradece infinito.
Un gran abrazo compañera.
Preciosa y ambiciosa esta incursión tuya en la poesía: tal vez la propialluvia desconozca todo lo mucho que nos llueve a nosotros mismos cada vez que cae del cielo ingenuamente.
ResponderEliminarUn beso grande, Francisco!
Fer
Es una bonita frase la que dejaste: Tal vez la propia lluvia no sepa todo lo que llueve dentro de nosotros cada vez que cae ingenuamente.
Eliminar¡Maravillosa! toda una sentencia de mujer sabia.
Gracias por enriquecerme.
Besos compañera.
Qué precioso canto a la lluvia y a sus virtudes, algunas de las cuales serían adornos para el ser humano que las poseyera. Muy apropiada esa melancolía otoñal de cara a los días cortos y más frescos donde, esperemos, abunde la lluvia.
ResponderEliminarProsa o verso, a tí nada se te resiste, Francisco. ¡Enhorabuena!
Un beso grande.
¡Ahhh! es que el otoño es propicio para las melancólicas reflexiones de este tipo. El ser humano no deja de formar parte de un todo con la naturaleza, es propio que nos comparemos en formas y actitudes.
EliminarTe deseo un jueves agradable en fondo y forma.
Y no te creas: se me resisten muuuuuchas cosas.
Besos amiga mía
Hermoso poema en el cual me trasmites una sensación de sosiego, el clima ideal para dejarme llevar por las reflexiones a que nos tientan los versos, pero más aún, a detenerme en el reposo de estas estrofas apacibles que desgranas con serenidad. Un espléndido trabajo, Francisco. Te mando un gran abrazo.
ResponderEliminarAriel
En realidad todos llevamos un pequeño poeta adentro Raúl. Tu mismo casi sin querer, expresaste con prosa versada unos sentimientos personales.
EliminarTe agradezco tu participación tan activa en el blog desde que viniste.
Un abrazo compañero
Bonito poema, presentas a la lluvia como algo sereno y armonioso, que incita a la introspección y el recogimiento.
ResponderEliminarLeí ayer el poema (no he podido pararme a comentar hasta ahora) y, curiosamente, me ha venido a la mente esta mañana que estaba lloviendo a cántaros; cómo la lluvia puede ser tan caprichosa y despertar sensaciones tan encontradas.
Un beso, poeta.
Cuando te vacías de prejuicios con respecto a la naturaleza de la lluvia, te das cuenta que ella estuvo ahí antes que los atascos que se originan y las inundaciones que provoca. Quizás seamos los humanos los que no sabemos adaptarnos a sus ritmos que son los propios de la madre natura que es la que nos acepta como hijos rebeldes.
EliminarEstá bien el haberte despertado sensaciones varias, aunque encontradas.
Besos, amiga y compañera de letras
Me encanta que llueva... y este bello poema.
ResponderEliminarUn abrazo
A mi también me gusta la lluvia cuando te pilla en casa y a cubierto, o en el campo y relajado sin prisas ni miedo a empaparme.
EliminarGracias por tu amabilidad.
Besos
Bonito poema sobre la lluvia, me traía melancolía y un cierto poso de tristeza pero ese rocío en las plantas me ha traído de nuevo la vida, lo cual me ha hecho pensar que la lluvia como la vida a través de sus ritmos nos van marcando el camino, a veces pausado, a veces alegre, otras violento y enfurecido, y de nuevo esas gotas pausadas que lo van empapando todo para que brote la vida. Todo eso me han traído tus palabras.
ResponderEliminarUn beso amigo.
Pues si todas esas sensaciones han sido producto del poema, me puedo dar por satisfecho al cien por cien amiga.
EliminarEres muy amable con tus comentarios llenos de vida, de esa misma que marca la lluvia a son de gotas.
Besos.
La lluvia, tan necesaria, tan inspiradora, que alivia males del hambre y del hombre y al mismo tiempo es tan destructora.
ResponderEliminarMe ha encantado tú precioso poema, que te lleva a la nostalgia, a los recuerdos..., aunque a mi casi siempre me causa cierto desasosiego y temor esas inofensivas gotitas a las que nadie puede controlar.
Besos.
Cuando es serena y tranquila puede ser hasta relajante. lo malo es cuando es torrencial y arrolladora, entonces no es nada deseable. La naturaleza es mujer caprichosa con mucho genio cuando lo saca.
EliminarBesos y gracias.
Siempre vienes a acompañarme.