martes, 17 de septiembre de 2019

Empujón






Vuelve a pedirme que la empuje, y yo hago oídos sordos a su petición mirando para otro lado como si el ruego no fuera dirigido a mí. No quiero complicarme la vida con pleitos, juicios y otras zarandajas legales.

Las madres me observan con suspicacia, como para pillarme en falta y poder denunciarme por acosador, por pervertido, o vete tú a saber porqué otras transgresiones más.

Pero la miro, y veo esa carita tan linda y esos ojos que en silencio, me ruegan que la impulse de nuevo, para subir hasta el cielo sentada en la silla del columpio.

¡Qué diantres, soy su padre!... La empujo sin remordimientos.

Derechos de autor: Francisco Moroz



16 comentarios:

  1. Hola, Francisco:
    Me encanta tu relato. Es una reflexión muy del momento actual. A los hombres se nos ha colocado en el punto de mira de la sospecha por el mero hecho de serlo. La pederastia, los abusos a mujeres son hechos terribles que suelen realizar algunos hombres. Pero no se puede generalizar jamás en nada. Hay que tratar a las personas (hombres o mujeres) individualmente, no como cabezas de ganado.
    Muy bien escrito, como acostumbras.
    Un fuerte abrazo

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    1. Ni más ni menos que es una crítica algo mordaz al pensamiento actual. Aunque ya con mi primer hijo y por causa de una foto en la que se le veía desnudito y de espaldas asomado a una ventana, ya recibí críticas por parte de algún familiar.
      No es de ahora la mojigatería de algunos, quizás de aquellos miembros de una sociedad hipócrita que por falta de coherencia y sentido común se está volviendo un hábitat ideal para los estúpidos de siempre y los de nuevo cuño.
      Un abrazo Juan Carlos.

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  2. Jajajja me ha encantado tu relato Francisco. Un buen final semejante al de Star Wars,con el: "soy su padre".
    Después lo piensas detenidamente y da pena que un padre este preguntándose si puede balancear a su propia hija, porque el resto de personas están atentas de si le empuja fuerte o no...
    Esta sociedad se ha vuelto insensible prácticamente,¡Con lo bonito que es tirarse a jugar con los niños! No
    lleguemos al punto de privar a nuestros niños de su infancia.
    Un abrazo!

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    1. Bueno, al menos el final ha sido feliz y correcto. Ya veía mientras escribía un fina alternativo con la policía corriendo detrás del padre para detenerlo por escándalo público y abuso a menores.
      Que triste es si lo pensamos con detenimiento que tengamos que evitar caricias, besos o demostraciones de cariño a nuestra propia familia, amigos o vecinos por culpa de los inquisidores bienpensantes que después resulta que son las mentes enfermizas que ven pecado, abuso y deshonestidad en puros gestos de amor; y aplauden hasta con las orejas la violencia ejercida contra los más débiles. Este mundo no cambiará con este postureo absurdo por parte de tanto buenista tan correctos y malpensantes.
      Un abrazo amigo desconocido.

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  3. Estamos tan acosados por las restricciones, prohibiciones y supuestas acusaciones, que uno ya no sabe qué hacer en determinadas situaciones, je,je. Pero un padre debe hacer por sus hijos cualquier cosa que les haga felices, prescindiendo del qué dirán.
    Tus relatos-trampa me encantan.
    Un abrazo.

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    1. Me alegro saber acercarte a esa trampa dispuesta con tanto cariño y que caigas en ella con una sonrisa.
      Que razón tienes al decir que tanto acoso y vigilancia por parte de algunos, deben hacer saltar alarmas. Con respecto a mis hijos siempre hice oídos sordos a los prejuicios.
      Un abrazo, Josep.

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  4. Hemos llegado a un punto en que hay que tener mucho cuidado con lo que se hace porque acciones que siempre fueron inocuas, se pueden transformar en fuente de toda clase problemas. Eso unido al hecho de lo infrecuente que es (cada vez menos afortunadamente) ver a un padre con su hija en el parque. Terreno reservado tradicionalmente a las madres, hace que vean con suspicacia la presencia de un hombre al que no conocen.
    Muy buen relato.
    Un beso.

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    1. Se nos está condicionando a actuar de manera políticamente correcta, sin tener en cuenta nuestros propios principios éticos y morales. Los mismos interesados en que así sea son los que no ven con malos ojos a los violadores de mujeres, que culpabilizan a su vez a las víctimas.
      Las "Manadas" son consentidas mientras que el para ellos "Ganado" debe bajar la cabeza cuando ellos sientan cátedra desde la tribuna con sus consignas.
      Lo único que espero es que el sentido común prevalezca en esta sociedad cada vez más mediatizada.
      Besos, amiga

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  5. Y es que la sociedad con algunos acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor no es raro que algún padre hasta se haya hecho esa pregunta y haya dudado de si lo que esta haciendo esta bien o no y las consecuencias. Muy triste que hayamos llegado a este punto pero así son las cosas por desgracia.
    Una realidad muy bien reflejada en tu relato.
    Un abrazo.

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    1. Tristemente se dan situaciones muy rocambolesca. Al final nos volveremos tan fríos como nuestros vecinos del entorno nórdico europeo, cuyos miembros familiares (Hijos, padres y madres) se dan la mano cuando se saludad en público, no vayan a pensar mal y se interprete como un abuso deshonesto.
      Estamos muy tontos amiga.
      Un beso.

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  6. La polarización de nuestra sociedad y sacar las cosas de contexto, son factores de riesgo y que desafortunadamente se están poniendo de moda, por lo que tu sátira la encuentro muy acertada, amigo Francisco.
    ¡Ojalá prevalezca el sentido común y los padres hagan oidos sordos a tanta maledicencia!
    Un abrazo.

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    1. ¡Ay, ay! Bien dicho. Todo radica en el menos común de los sentidos, el sentido común.
      Si alguien tiene claro el concepto de amor y sus principios éticos y morales tiene la batalla ganada ante tantos perros-flauta tan necesitados de afecto y sobrantes de mucha tontada.
      Un abrazo, Estrella.

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  7. Hola, Francisco.
    Es verdad que hacía bastante tiempo que no nos leíamos, :) Espero que todo vaya muy bien.
    Desde luego ahora mismo uno tiene que andar con mucho ojo, porque o nos pasamos o nos quedamos cortos. ¿Y el punto intermedio? ¿Dónde está?
    Un montón de besos.

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    1. Muuuucho tiempo sí. Y sabes que me faltas cuando no estás por aquí.
      En el medio está la virtud, aunque te voy a decir que en cuestión de demostración de cariño hay que actuar con naturalidad y generosidad.
      Otros tantos besos para ti, sin cortarnos por lo que piensen.

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  8. Je, je, je... Un micro muy agudo en cuanto al fondo que denuncia. ¿Y qué me dices cuando a nuestros hijos siendo bebés le hacemos pedorretas en el culo y el pequeñín se troncha? ¿Pederastas? No podemos descontextualizar las acciones. El problema es que hay gente tan ideologotizada que solo se queda en lo superfluo para juzgar severamente. Un abrazo, Francisco!!

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  9. De esas pedorretas en el culete y en la barriga se mucho. Tanto que mi mujer me lo recriminaba, pero solo porque les dejaba la piel enrojecida. Pero como bien dices, los enanos eran felices y lo demostraban con risas. Y no creo que nuestros hijos se sientan abusados con traumas irreversibles.
    Esa palabra que pones es muy definitoria de la tontería que hay en nuestro entorno : "Ideologoticía"
    Gracias por la aportación.

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