Estaba más que harto
de ella. Harto y asqueado. Llevaba lo que le parecía una eternidad conviviendo
con su presencia y ya le ocasionaba cierta repulsión. Hasta sus pasos
amortiguados por el piso le ponían de los nervios; era más de lo que estaba
dispuesto a aguantar.
Nunca hubiera pensado que su instinto asesino le
dictaría normas a su cabeza para poner fin a tan malhadada relación.
Hoy era el día elegido para matar, ni uno más ni uno
menos. Hoy se liberaría del malestar que le ocasionaba esa maldita inquilina.
Estudió sus movimientos y sus hábitos, como gato
cuando decide dar rienda suelta a su instinto animal de cazador. El era más
corpulento y dotado de mayor fuerza, ella era rápida y desconfiada. Iba a ser
un duelo donde uno se dejaría la vida con seguridad.
Esa tarde él la esperaría agazapado en algún rincón de
la casa, en silencio, incluso con naturalidad, como si estuviese habituado a
matar todos los días y supiese hacerlo. Preparado y armado para asestarle ese
único golpe que tendría que ser mortal de necesidad. No quería darle
oportunidad de escapar.
Tenía la certeza que ningún vecino se habría de
enterar, pues no pretendía hacer ruido. Si se hubiera tratado de una rata todo
hubiera sido más complicado, más escandaloso, pero para ese bicho, con la
simple zapatilla que portaba en su mano sería suficiente.
Un mes después alguien llamó a su puerta extrañado del
fuerte olor en la escalera que emanaba de su casa.
Cuando los bomberos la echaron abajo, descubrieron su
cuerpo cubierto por un manto negro de blatodeos celebrando un gran
banquete.
La muerte, según el forense, fue ocasionada por una
fuerte contusión cráneo encefálica producida al resbalar la víctima sobre el
enlosado escurridizo y golpearse con la encimera.
Lo que realmente extrañó al personal de urgencias fue
el porqué la víctima apareció con una zapatilla fuertemente agarrada en su mano.
Ellos
no sospechaban que se trataba del arma de un homicida. Mortal de necesidad en
manos de un asesino de cucarachas.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Pobre hombre, tanto tiempo pensando en desembarazarse de la inquilina y al final fue ella, la que organizó un banquete con su carne. Mala suerte, tenía que haber pensado en otra arma menos resbaladiza jajajaja, Lo entiendo, las cucarachas te sacan de las casillas.
ResponderEliminarMe gustó el relato Francisco, al principio pensé que la molestia venía de una persona, estuve intrigada casi hasta el final.
¡Un gran abrazo!
Debe de ser la ley del karma, pero ¿Qué hacer? cuando alguien no deseado entra en tu casa?
EliminarMe alegro que te haya gustado y disfrutado con su lectura.
Agradezco como siempre tu presencia.
Un beso Mila
Intrigante, entretenido y con un punto de humor muy de agradecer. Muy bueno, Francisco.
ResponderEliminarUn abrazo.
El humor, sobretodo, que no falte. Del lo demás podemos prescindir, pero quien sabe, a lo mejor no lo hubieras leído con tanto interés; y es que somos un poco morbosos los humanos.
EliminarBesos
Muy bueno; me dio escalofríos, pero supongo que es por las cucarachas :P
ResponderEliminarJa,ja,ja. No me asustes, espero que los escalofríos sean sólo producidos por las cucarachas y no por el relato que te haya parecido malo.
EliminarConfío en tu criterio.
Recibe mi abrazo y gratitud Denise
Jaja, ay el pobre... con lo bien que había preparado el asesinato! Muy bueno, Francisco! Intriga y humor unidos, me encantan estos relatos :)
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Hasta las acciones más planificadas y premeditadas nos pueden salir mal.
EliminarPor ello sin pensárselo dos veces, cuando el instinto asesino de posea. ¡Pafff! y se acabó la tontería de la inquilina indeseada.
Besos Flora
Francisco un relato ingenioso, según leía me preguntaba a quien quiere matar jajaja a el mismo y luego se dieron el festín las cucarachas. Un saludo
ResponderEliminar¡Ayyy! salen beneficiados siempre terceros en discordia, esos que se esconden detrás, en la sombra, y se aprovechan de las circunstancias.
EliminarMe alegra haberte creado esa incertidumbre desasosegante.
Un beso María y por tus palabras, gracias.
Ay como me he reído. Me siento identificada cuando me he encontrado cn algún bicho de esos. Pobrecito, le ganó la cucaracha. Por eso dicen que serían las única supervivientes en caso de un ataque nuclear. Una simple zapatilla no podrá con ella, jejeje.
ResponderEliminarUn besillo.
Hola María. Me gusta tu risa.
EliminarEspero que en tu caso ganes siempre tú a pesar del susto que te puedas llevar en el encuentro con el negro elemento. Aunque me han dicho que las hay rubias...
¡Dios que asco!
Besos compañera.
Jajajaja, genial: ingenioso e intrigante. Felicidades. Abrazos.
ResponderEliminarAbrazos Marisa también para ti, y gratitud por todos esos adjetivos calificativos tan asertivos y valiosos para el autor.
EliminarEl instinto de supervivencia del aparentemente débil pudo mas que el incipiente instinto asesino del supuestamente fuerte. Podría decirse aquello de "más vale maña que fuerza". Quizá hubiera tenido que utilizar un método más expeditivo. Cosas del novato, jaja.
ResponderEliminarUn relato entretenido con un baño de suspense.
Un abrazo.
Creo, que el bicho en su inocente indiferencia, no sabía lo que se le venía encima. Pero la suerte del aparentemente indefenso y débil , en muchas ocasiones juega a favor de los mismos.
EliminarEl violento nunca debería prevalecer... Pero en este caso, ya dudo de ello.
Gracias Josep. Un gusto tus palabras convertidas en opinión.
Un abrazo.
Me has puesto los pelos de punta porque yo tengo alma de asesina y también utilizo como arma una zapatilla, me he sentido identificada con tu personaje.
ResponderEliminarEstupendo relato, Francisco, intrigante, algo tenebroso, con un punto de humor y además instructivo porque la próxima vez que tenga que asesinar una araña, una cucaracha o cualquier bicho de esos tendré cuidado en no resbalar.
Hola, hola, alma asesina. Tendrás que ser más sutil a partir de ahora al utilizar los medios adecuados para erradicar a tu enemiga-o. Visto lo visto, la experiencia nos dice que hay que tener la cocina limpia, el suelo seco y al enemigo a raya.
EliminarEspero que a pesar de todo puedas dormir tranquila después de perpetrar algún asesinato, hay que permanecer fresca para el siguiente.
Besos Kirke.
La muerte nos sorprende como en este caso al asesino imprudente. No habrá lugar para la revancha...tristemente, pues los vecinos sufrirán las consecuencias si no envían pronto a un mercenario plaguicida.
ResponderEliminarUn abrazo y gratitud Julio David.
Un relato genial, Francisco, un micro que combina suspense, humor y misterio. Me ha encantado, está muy, muy bien narrado, es ágil, entretenido y con un final que sorprende. En fin, lo tiene todo. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos
Si sigues en esa linea de comentarios al final me lo creeré, y tendré que publicar un libro de relato breve...
EliminarDesde luego con seguidores como tú da gusto. A si que permanece por aquí para darme esos ánimos que los que escribimos necesitamos tanto. Tú lo sabes.
Gracias por todo lo que dices.
Besos
Ese final me ha sacado una enorme sonrisa (como lo hacen los buenos relatos). Muy, pero muy bueno.
ResponderEliminarGracias por visitarme desde tu rincón oscuro y dejar esa sonrisa que adornará este relato a partir de ahora.
EliminarEspero volver a verte compañero.
un abrazo.
Buen día Francisco, tu ingenio creador es inagotable..he estado expectante en los primeros párrafos y el final ha sido genial..
ResponderEliminarBesos.
Bueno Suni el genio me visita como musa y me regala con su inspiración. Me encanta poder compartirlo con vosotros y me alegra que os guste tanto, como a mi escribirlo.
EliminarGracias amiga.
Besos
Al principio me imaginaba que era un perro intentando dar caza a una gata, luego pensé en una persona y quizás una araña, pero no me imaginaba una cucaracha jaja. Así que se quitó la zapatilla y tuvo un percance similar a pisar una cáscara de plátano, pobre tipo, acabó de alimento para su visitante molesta jeje. Un saludo compañero.
ResponderEliminarCon lo cual te he tenido elucubrando posibles protagonistas y sucesos. En eso consiste este tipo de relatos: dejar que el lector eche a volar su imaginación e inter-actue con el autor en la elaboración de historias con variados finales y dúctiles argumentos.
EliminarTe agradezco las palabras compañero, siempre un placer.
Un abrazo.
Intriga, suspense y humor una muy buena mezcla para un relato sobresaliente. Enhorabuena. TERESA.
ResponderEliminarPrimero se bienvenida por aquí.
EliminarSegundo mi gratitud por esa palabra sobresaliente que quizás no es merecida pero me satisface enormemente, dando a entender que te gustó el relato.
Mucho premio en tan poca letra.
Espero verte a partir de ahora con más asiduidad.
Un abrazo Teresa.
jejejejeje =D
ResponderEliminar¿Tanto tiempo sin venir a mi casa y sólo se te ocurre un jejejejeje?
EliminarBueno , menos es nada.
Besos, pampirolesa
A veces unas risas lo dicen todo. ;) Es que ando liadilla pero me pasaré siempre que pueda. ;)
EliminarUn besote. =)
jajaja superr ! Me sacò una sonrisa y como siempre, muy biene scrito.
ResponderEliminarGracias Arethusa. Si eso hice gracias al relato me doy por satisfecho.
EliminarUn abrazo.
El karma que es muy malo, jajaja
ResponderEliminar¡Genial Francisco!
Me voy con una sonrisa, :D
Me alegra haberte aportado esa sonrisa. El karma va a ser.
EliminarUn beso...Ya hacía tiempo