Hombres buenos
De: Arturo Pérez Reverte
"Una verdad, una fe, una generación de hombres pasa, se olvida, ya no cuenta. Excepto para aquellos pocos, tal vez, que creyeron esa verdad, profesaron esa fe o amaron a esos hombres." (Joseph Conrad)
De: Arturo Pérez Reverte
"Una verdad, una fe, una generación de hombres pasa, se olvida, ya no cuenta. Excepto para aquellos pocos, tal vez, que creyeron esa verdad, profesaron esa fe o amaron a esos hombres." (Joseph Conrad)
Con
este libro me vuelvo a encontrar con el “Reverte” que me gusta, y sus maneras
de escribir historia novelada.
Una
de las primeras cosas que me pregunté nada más terminar su lectura fue: ¿Cómo
de un suceso tan escueto, se puede escribir una novela de casi 600 páginas? Ahí
radica el secreto de este escritor, que cuando se pone a investigar sobre algo,
saca curiosidades a luz, desconocidas por la mayoría de lectores.
La labor
documental en este caso ha sido exhaustiva de tal manera, que hasta visitaba
plano en mano los lugares donde posiblemente se desarrollaron las escenas y los
momentos referentes de esta historia. Planos del siglo XVIII; toda una labor
que le llevó a visitar librerías de antiguo y mover esas relaciones que él tiene
por el mundo literario y editorial.
La
historia es simple en apariencia:
España
está sumida al igual que otras muchas naciones, en el oscurantismo que lidera
la religión con su brazo censor y ejecutor representado por la santa
inquisición y los absolutismos reales sufridos por el pueblo llano.
" Para hacer felices a los pueblos hay que ilustrarlos"
En
Francia empiezan a resurgir movimientos que se rebelan contra la ignorancia y
el servilismo; gracias a geómetras, filósofos, científicos y matemáticos, físicos, y libre pensadores que se reúnen para fraguar lo que será la primera revolución
cultural en forma de libro: La primera enciclopedia que se imprime en tierras
galas y que figurará como obra prohibida por
aquellos a los que interesa que no haya cambios en sus status quo.
Pero
para los ilustrados españoles esta oportunidad no debe ser desperdiciada y con
el permiso real de Carlos III , y la venia de los inquisitoriales y sin que sirva
de precedente, autoriza a la academia de la lengua la adquisición de los 28
volúmenes que componen tan enjundiosa obra.
Para
ello los académicos elegirán a dos hombres buenos y juiciosos. Personas
honestas e íntegras donde las haya, y los enviarán a París donde deberán
contactar con la embajada española y su representante el "Conde de Aranda" para que este les facilite los medios para
conseguir la primera edición de la Encyclopédie. Editada por “Diderot”, “D´Alembert”
y “Le Breton” que:
“A
pesar de sus imperfecciones, resulta la más brillante realización moderna del
intelecto humano: una compilación monumental de los más avanzados conocimientos
en materia de filosofía, ciencia, arte y todas las otras disciplinas conocidas
y por conocer”
Naturalmente
no todos están de acuerdo con que en el suelo patrio entren ideas de reforma, conceptos nuevos, luces que
iluminen la oscuridad de la ignorancia; que promuevan movimientos en el ostracismo
cultural y acabe con el catetismo, el analfabetismo y la incultura.
Por
ello algunos no se lo pondrán fácil a estos dos personajes a los que seguiremos
en viaje accidentado, sufriendo las penalidades insalvables del camino y otras que se tercian de forma
aparente.
Y
llegando a la ciudad de las luces, veremos, que no todo es siempre como lo
pintan, que entre tanta luz hay sombra y entre el lujo también anida la
podredumbre y la miseria. Ciertas leyes permisivas bajo cuerda, y libertades calculadas y vigiladas estrechamente.
Paris Siglo XVIII |
Con
estos mimbres “Pérez Reverte” nos presentará a sus personajes muy bien pintados
y descritos, nos hará partícipes de sus conversaciones. Las que mantienen entre
ellos y con los componentes de círculos ilustrados de París.
Los
diálogos no tienen desperdicio y nosotros mismos nos sorprenderemos de que
ciertas cosas no cambiarán nunca, sin que haya una revolución por medio.
Con
su estilo irónico, crítico y en muchas ocasiones ácido que le caracteriza,
puesto como herramienta en boca de sus personajes, "Reverte" crea el estímulo suficiente
en el lector para que este no despegue los ojos del libro ni su atención del
argumento.
A
esto, añadidle esa forma tan peculiar que tiene de escribir este autor: Muy clara, sin
mojigaterías ni rodeos. Lenguaje, claro y conciso, y para bordarlo, de época, como se hablaba por aquel final de siglo, siglo que tantos “quebraderos de cabeza”
ocasionaría a los franceses y tanto miedo por tierras españolas.
Conoceremos
de esta forma a dos hombres buenos que fueron auténticos en todos los sentidos.
Eran
el bibliotecario Don “Hemógenes Molina”
un destacado profesor y traductor de los clásicos, y el brigadier retirado de
la real armada Don “Pedro Zárate” creador de un diccionario de términos
navales, al que conoceremos como “El almirante”.
Ellos
dos, con sus características particulares y su forma de ver la vida con sus pensamientos e ideales desarrollados durante el viaje y su estancia en Paris; su bagaje cultural y
sentimientos personales, me han traído a la memoria, a esos otros dos salidos de la pluma ingeniosa de “Cervantes”
si, los mismos. Un “Don Quijote” y un “Sancho” decimononos. No sé si el autor ha querido jugar con el símil, pero si no es así, por lo menos trasmite ciertos parecidos y paralelismos entre ambos
cuatro personajes sin nombrarles.
" Nadie puede ser sabio sin haber leído por lo menos una hora al día, sin tener biblioteca por modesta que sea, sin maestros a los que respetar, sin ser lo bastante humilde para formular preguntas y atender con provecho las respuestas..."
En
la contra, esto es, entre los que pondrán impedimentos a la consecución de la
misión y “palos en las ruedas” conoceremos la figura del típico buscavidas
de taberna y sicario a sueldo, malandrín con redaños y bellaco portador de
navaja de siete muelles. “Pascual Raposo”; que contratado por otros dos más
cultos, pero menos nobles y con el colmillo más retorcido llamados “Sánchez
Terrón” y “Manuel higueruela” pondrán la antítesis y el contrapunto. Ambos individuos conforman un par de cuidado, académicos igual que
los enviados, pero con muy mala baba y mucha hipocresía y cinismo.
En
Paris nos daremos de bruces con otra figura que caracteriza la picaresca. El abate”Brias”
que de lo primero tiene poco y de
provocador revolucionario, inconformista, aprovechado y oportunista, mucho.
También escribe panfletos incendiarios en una gacetilla.
“Mi
patria está allí donde consigo un trozo de pan. Y papel y pluma y tintero, a ser
posible…y aire para respirar. Libertad.”
De
la mano de estos tres carismáticos personajes nos pasearemos por los más
selectos salones de tertulianos tan de moda como el de “Margot Dancenis” una atrayente mujer española afincada en Francia.
Así mismo daremos una vuelta por los
suburbios y callejuelas apestosas donde se viven las realidades diarias y se
forjan las guillotinas que reinarían a posteriori.
El
autor ha cuidado los escenarios sin demasiadas descripciones, entre otras cosas
por estar desaparecidos y no quedar constancia de ellos, pero con pocas
palabras y utilizando referencias de otros autores en cuyas obras los
reflejaron; nos sitúa convenientemente creando el ambiente y los elementos para
que lo podamos visualizarlos sin excesos descriptivos.
Creo
con sinceridad que estamos ante una novela que no dejará indiferente a quién la
lea, es más, aprenderemos sobre la Real Academia de la Lengua Española, nuestra familiar “R.A.E” algo más que el simple lema: "Pule, limpia y da esplendor."
" Que la lengua española, además de noble, hermosa y culta, sea ilustrada y sea sabia. Sea filósofa."
Apreciaremos
la labor de los académicos de antes y los de ahora para mantener
nuestro idioma, actualizado y vivo.
Y
al final, cuando cerréis el libro, quizás, sólo quizás, os preguntéis lo que yo:
¿Dónde quedó la nobleza de esos caballeros cuya palabra era ley, sus actos
honorables y sus ideales elevados?
" Qué triste. Los españoles seguimos siendo los primeros enemigos de nosotros mismos. Empeñados en apagar las luces allí donde las vemos brillar."
Paseo del prado Siglo XVIII |
Gracias Francisco, me ha parecido muy interesante como has presentado este libro que has leído. Reverte no gusta justo por lo que cuentas, no tiene pelos en la lengua y su documentación previa sobre todo lo que va a escribir con todo lujo de detalles. Lo voy a tener en cuenta. Por cierto, la última frase, llega, al menos en mis noches encenderemos una vela. Un abrazo
ResponderEliminarEsa vela que enciendas no seré yo quien la apague.
EliminarReverte me gusta por lo mismo que a otros disgusta: tiene una forma de contar, de narrar de decir y de llamar a cada cosa por su nombre que me atrae por contundente. Nuna el insulto inmerecido, pero al pan pan y al vino vino.
Gracias por tu paseo por mi rincón Joseme.
La forma de narrar esta reseña hace que busque el libro y lo lea, quizás mi marido lo tenga. Es un admirador de Reverte y lo sigue. Un abrazo
ResponderEliminarSi tu marido es seguidor de este autor, no le defraudará en esta ocasión.
EliminarHa parido con su pluma una buena historia real-novelada.
Un abrazo Maria del Carmen.
A ver si me animo con Reverte. Aún no he leído nada de él. Un abrazo.
ResponderEliminar¡No me lo puedo creer! Hay personas a las que no le gusta y otras todo lo contrario. ¿Pero que no lo hayan leído todavía?
ResponderEliminar¡Claro! que yo no he leído a muchos otros.
Un abrazo Zarzamora.
A mi me gustaba, dejó de gustarme y este lo tengo preparado para leer, todos los que lo habéis leído comentáis que se recupera la esencia que tenía y que olvidó en algunos libros y por eso lo tengo preparado para empezar en cualquier momento, pero sabes que últimamente estoy muy ocupada con esa trilogía y el poquísimo tiempo que tengo.
ResponderEliminarEn el momento que lo lea, te daré mi opinión.
Es un placer leer tus reseñas.
Amigo ¿de dónde sacas el tiempo? yo últimamente no llego a nada.
Un beso
Los mismos sentimientos con respecto al autor son los sentidos por mí. Un reencuentro con alguien que había perdido la chispa, lo que más me gustaba de su forma de escribir.
EliminarCon este libro creo que ha vuelto de nuevo, hace falta ahora que continúe en esa línea que le hizo famoso escritor.
Tú termina la trilogía y después ya veremos.
¡Ay el tiempo! si yo ter contara amiga.
Besos
Me ha encantado tu reseña. He leído poco de Reverte, pero me agrada y por lo que cuentas de esta novela creo que me puede gustar también. Me ha hecho gracia la figura del Abate "Brías" y la frase que de él mencionas, creo que tiene las ideas muy claras y que es honesto consigo mismo y esto me encanta.
ResponderEliminarLo añado a la lista de lecturas.
Mil besos, Francisco
Es un libro que te gustará si te gusta la cultura, las letras y la historia de la institución académica. No le falta aventura y situaciones jocosas y curiosas. Pero a mi entender los diálogos son de lo mejor, al igual que la relación que se fragua entre los dos académicos viajeros.
EliminarEl personaje de "Brias" es uno de los que pone más sal al asunto.
Besos Chari
Compruebo alborozada que este libro te ha transmitido prácticamente las mismas sensaciones que a mí cuando lo leí. De hecho reproduces algunas de las frases que yo también plasmé pues, al igual que tú, me llamaron mucho la atención.
ResponderEliminarIgualmente yo también me he reencontrado y reconciliado con el Reverte que me gusta, con ese escritor ácido y concienzudo a la hora de documentarse, con una prosa elaborada pero entretenida y muy ilustrativa.
Una delicia.
Me alegro que hayas disfrutado con esta lectura. Esperemos que Don Arturo siga la misma línea y nos regale más joyas como esta.
Fenomenal reseña, Francisco.
Un besote.
Alborózaté regocíjate pues hemos coincidido en todo. En su momento leí tu preciada reseña sobre el libro, y lo incluí en la famosa e interminable lista de pendientes.
EliminarMe gusta el estilo de Reverte, ese que había perdido gradualmente a causa de su fama,¿soberbia? su afán por defenderse y atacar con insulto...¡En fin! todo aquello que a ambos no nos gustaba. Ahora con este, parece que retoma un camino olvidado que haría bien en seguir. Por su bien y el de todos sus lectores. En palabras de uno de los personajes: "Sería muy higiénico"
Gracias Kirke como siempre y besos.
Maravillosa novela. Yo también me reencontré en ella con mi querido Reverte, el mejor Reverte. Con su ácida crítica a una España que, para nuestra desgracia y salvando las distancias de dos siglos largos, sigue padeciendo los mismos males. Muy buena reseña. Cierto que el libro no tiene desperdicio y que hay conversaciones que son para enmarcar. A ver que es lo próximo que nos escribe Pérez Reverte.
ResponderEliminarUn beso.
Me gusta este autor por lo claro que es al exponer los asuntos más peliagudos. Sus libros-recopilaciones artículos no tienen desperdicio.
EliminarAlgo en este libro me ha hecho recordar los episodios nacionales de Don Benito Pérez Galdós; Y es que Reverte domina como nadie los siglos XVII-XVIII de nuestra tan maltratada España.
Cuánta historia hay que leer para no cometer siempre los mismos errores?
Las conversaciones, los diálogos y la relación entre personajes es lo mejor de la novela.
Besos Rosa
Ya lo tenía entre ojos y tu reseña me incita aún más. Me gusta que Pérez Reverte haya elegido un periodo de nuestra historia no demasiado explotado y sobre todo, que vuelva por sus fueros. Saludos, Francisco.
ResponderEliminarSi lo tenías previsto, ánimo con él. Creo que es el estilo que el autor domina el que hace atractivo este libro.
EliminarHe leído casi todo lo suyo, y es de lo mejorcito.
Un saludo amigo.
Una magnífica reseña de una novela que siento ya unas ganas irrefrenables de leer.
ResponderEliminarLa sinopsis de una novela, esa que todos leemos de pie en una librería antes de decidirnos a comprar un libro, es un elemento fundamental para atrapar al lector potencial. Lo difícil es lograrlo con unas pocas líneas, ciertamente, mientras que tú te has podido explayar a tus anchas porque, al fin y al cabo, eres el dueño de este espacio, jeje. Pero, precisamente, por lo detallado de tu clarísima y perfecta exposición, ha resultado una lectura muy atrayente y un post digno de publicar en un periódico.
Si Pérez Reverte lo leyera, seguro que, como yo, te felicitaría. Y si lo hace, que te pague una buena comisión (catalán tenía que ser, jaja).
A mí me gustan muchísimo las novelas históricas, no de historia, sino con un trasfondo histórico que no solo acompaña, como telón de fondo, a los protagonistas sino que ilustra al lector sobre hechos verídicos que acontecieron años o siglos atrás. Es una gran forma de culturalizar a quienes, como yo, nunca gustaron de estudiar historia en el colegio por aburrida. Ahora sé muchas más cosas que cuando estudiaba bachillerato gracias a estos autores y a sus obras.
Un placer haber leído esta entrada.
Un abrazo.
Jajaja. La historia no es la que nos enseñaban ¿Verdad? o quizá nos ocultaban capítulos para no manchar el orgullo patrio. El caso es que cuando la estudiábamos no hacían más que aportarte fechas y nombres de reyes...La lista de los reyes godos ¿Te acuerdas? Una barbaridad, yo no llegué a eso por tener menos años, pero me aburría soberanamente hasta que leí mi primera novela de trasfondo histórico: Los últimos días de Pompeya, después le seguiría -Sinuhé el egipcio- Después ya no pude parar de leer.
EliminarAdemás este autor te lo cuenta todo como la aventura de la que se trata, aunque los personajes no lo pasaran nada bien, ni supieran por donde les venía la pedrada.
Un placer coincidir con alguno de tus gustos lectores. Y no, no creo que El autor de este libro se digne a ,ni siquiera visitar blogs de este tipo. Bastante tiene con escribir lo que escribe.
Un abrazo, y el placer siempre mio Josep.
Hola! Soy nueva por tu blog y por aquí me quedo. Por cierto preciosa cabecera!!
ResponderEliminarRespecto a la novela me encanta este autor y hace mucho tiempo que no leo nada de él así que me lo llevo apuntado.
Besos.
Agradezco tu visita y te doy la bienvenida Kiara.
EliminarMe paso por tu blog a ver que me cuentas.
Me alegro que te guste la cabecera, se nota que eres mujer romántica.
Besos también para tí