–Lo
que usted diga, doctor Frankenstein, estamos para servirle.
Pero
no sé yo si los componentes estarán listos en el corto plazo que nos exige,
dado el alto costo de los materiales disponibles en este siglo en el que la
ciencia de la electricidad está tan poco desarrollada.
Con
los circuitos de condensadores que nos solicita no creo que haya problema,
aunque tampoco le aseguro nada.
–
Puñetero siglo XIX que nada más pone
palos en las ruedas a mi genialidad. Tendré que hablar con Mary Shelley para
negociar el plazo de entrega de su personaje.
Grandiosa de verdad la obra de Mary Shelley. Nada que ver con los monstruitos televisivos y cinematográficos. La verdad es que con lo poco que había se las apañó muy bien la autora.
ResponderEliminarGenial tu micro.
Un beso.
Gracias amiga Rosa.
EliminarHay escritores que imaginaron historias de la nada, dándoles visos de una realidad absoluta, convirtiendo sus escritos en autenticas obras maestras, que después muchos intentan imitar pero difícilmente mejorar.
Un beso.
Una gran obra hizo Mary Shelley, pero... ¿con tanto cable no tuvo cortacircuitos? Muy buen micro para esa frase. Un abrazo
ResponderEliminarTodos los escritores se cortocircuitan alguna vez, lo que vulgarmente conocemos como "Cruzarse los cables".
EliminarEsta autora tiene una historia muy curiosa, que Santiago Posteguillo cuenta en su libro titulado: Cuando Frankestein leyó el Quijote y que te recomiendo encarecidamente.
Un beso
Jajaja qué imaginación tienes Francisco, pero desde luego su obra perdura y perdura y no pierde nada de su frescura y originalidad.
ResponderEliminarBesos
Bueno, no tanta como la que desplegó Mari Shelley con su obra cumbre. Uno hace lo que puede con esos comienzos que se proponen cada semana. A veces es un auténtico rompecabezas el armar una historia a partir de según que frases.
Eliminarun beso querida amiga.
Menuda creatividad, Francisco. Que le diga eso a Mary, total... ¿qué son doscientos años?
ResponderEliminarOcurrentes líneas.
Un beso
Es que cuando un encargo se retrasa por causas ajenas a nuestro trabajo es desesperante. Y a ver como te escusas delante de una figura emblemática de las letras para no entregarle a tiempo su prototipo de Frankenstein para poder escribir su historia.
Eliminargracias por tu comentario Chelo.
Vaaa... ¿doscientos años? Eso no es nada, un abrir y cerrar de ojos, ;)
ResponderEliminarMuy bueno Francisco.
Besos.
De alguna manera el doctor pudo solucionar lo de los plazos de entrega pues la escritora escribió su libro sobre ese monstruo tan carismático, y nos dio tiempo a sus lectores a poder disfrutarlo.
EliminarBesos y gratitud Irene.
Otra perspectiva del mito de Frankenstein, no hay duda. Me encanta tu vuelta de tuerca al tema, Francisco. ¡Que viva la originalidad y la imaginación!
ResponderEliminarUn beso grande, como tu micro :))
Gracias Julia.
EliminarEn este juego de las letras colocadas de tal manera que producen relatos nos valemos todos de las enseñanzas de otros compañeros y naturalmente de autores con enjundia y sabiduría. nos apoyamos los unos en los otros y le echamos algún ingrediente de nuestra cosecha.
Y es verdad que cuando te motivan para que escribas se agradece. Por ello las comunidades que promueven los concursos son de agradecer (Y no es propaganda subliminal)
Besos.
Cuando uno tiene lo que necesita crea genialidades, así lo hizo Mary Shelley con palos y cañitas y así lo has hecho tú con su personaje y este gran relato doscientos años después.
ResponderEliminarAbrazo grande.
No creo que yo supiera inventarme algo tan bueno como lo hizo esta señora. Es cierto que la pizquilla de sal que haya podido aportar, le da un poco más de sabor esos doscientos años más tarde, y la excusa perfecta para que alguien relea el libro.
EliminarBesos, relatora.
No si lo que yo diga, que nunca dejaras de sorprenderme.
ResponderEliminarY si los años pasan volando, total se puede esperar no?. Un abrazo. TERE.
Y tú ya sabes Teresa que me congratulo en seguir sorprendiéndote con mis historias cortitas.
EliminarLos años pasan volando, y si Gardel decía que veinte no eran nada, unos cuantos más no creo que signifiquen una gran diferencia ¿No crees?
Un beso
Doscientos años no son nada para una gran obra, seguro podemos esperar otros doscientos.
ResponderEliminarOriginal y completo micro con tan pocas letras, Francisco.
Me gustó de verdad.
Abrazo de libro.
Te agradezco tus atenciones para conmigo.
EliminarDoscientos o mil. que más da, siempre que lleguemos a deleitarnos con el libro y su historia. De otra forma toda una vida carecería de sentido sin la lectura de ciertos libros.
Abrazos Mila.
Por eso se las conoce como obras inmortales. Los años que pasen por ellas no las afecta y siempre se presentan apetitosas a ojos de un hambriento lector.
ResponderEliminarUn saludo compañero Julio.
Siguen siendo malos tiempos para la electricidad, la genialidad... Muy buen micro, Francisco.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Hasta como decía una canción: "Malos tiempos para la lírica"
EliminarHay cosas que no cambian, pero el progreso nos trae inventos innecesarios y nos priva de elementos comunes y necesarios como los buenos libros.
Un abrazo Mª Jesús.