“Hoy
hace un año, comenzó nuestro principio”
Con
esta contundente frase terminaba un manuscrito
deteriorado por la humedad y el fuego que había encontrado debajo del cobertizo
de las mulas. Lo único legible, que se convertía por ello, en una cita
lapidaria.
Regresó
de otra tierra donde se refugió y preservó su vida, a la vez que pretendió olvidar
un pasado que ahora quería recuperar.
Medró
en la corte real, reclamando el título nobiliario que le correspondía por
herencia.
Quería
saber las circunstancias que provocaron su alejamiento del solar familiar.
Recuerda
como dentro de una nebulosa el comienzo de su forzado viaje: Las prisas, los
cuchicheos y la oscuridad de la noche sin luna. Recuerda el sabor salado de las
lágrimas de su madre que llegaron a su boca y el fuerte abrazo de su padre, con
el que confirmaba la confianza que depositaba en él, un niño de seis años. Su único
heredero.
Después
rememora el frío de las montañas y el miedo a los aullidos que parecían seguirles
durante el viaje.
Veintitrés
años después regresaba para encontrar unas ruinas quemadas, allí donde se erigía
antaño su hogar. Aquél donde de manera inusitada se puso fin a su niñez.
Su
mentor, que le acompañó en el forzado destierro; hacía unos meses que había
muerto de viejo. Feliz por haber cumplido su misión.
Antes
de exhalar su aliento postrero, depositó un anillo en su mano diciéndole: –Nunca
olvides quien eres– e instándole a encontrar sus raíces y su historia.
Cinco
años después de su regreso ¡Por fin! Se hallaba donde le correspondía. En las
tierras que antaño fueron igualmente concedidas por el rey a su familia.
Ha vuelto
a reconstruir el castillo. Más alto y recio, más escarpado. Para que no se
vuelvan a repetir las circunstancias que forzaron su exilio.
Ahora,
la población de la que es señor y de la que salieron los verdugos de sus padres,
tendrá que pagar el tributo de venganza correspondiente.
Luce
en su dedo un anillo con un dragón.
Vlad
IV empezará a ser conocido como Drácula, el hijo del diablo.
Derechos de autor: Francisco Moroz
Relato presentado en la comunidad de: Relatos compulsivos.
Una gran introducción de la historia de un personaje que sembró el terror, por su crueldad, y originó una leyenda tanto o más terrorífica que todavía perdura.
ResponderEliminarEstupendo relato.
Un abrazo.
Un personaje que considero mucho más terrible que ese otro que chupaba la sangre de sus víctimas. Este las empalaba directamente, exterminando a todo aquel que se opusiera a sus planes tiránicos.
EliminarLa realidad supera mil veces a la ficción.
Un abrazo.
Pensando que sería un príncipe de esos que renacen de sus cenizas y nos encontramos con el terrorífico de Drácula que es y será una leyenda. Siempre nos engañas al final. Un abrazo
ResponderEliminarY os seguiré engañando mientras pueda, en eso consiste mi terrible adición. algo que no puedo evitar cuando escribo.
EliminarBesos y gratitud por tu fidelidad lectora.
Un perfecto prólogo Francisco, que siga, que siga.
ResponderEliminarMe ha encantado, has logrado que me viera inmersa y visualizara las atrocidades futuras.
¡Felicidades!!!
Besos, :)
Ja,ja. Te quedas con las ganas me parece. Ya quisiera ser yo de esos que escribe novelas largas ganándose la vida con ello.
EliminarNo abarco tanto, ni tengo argumentos suficientes como para embarcarme en aventuras tales.
Besos guapísima.
Mi personaje preferido..
ResponderEliminarUn abrazo
¿No me digas que este personaje te atrae?
Eliminar¿ No serás tú una mujer siniestra y oscura?
Miedo me das.
Un beso.
Sabes, a mi me hace pensar que en algún momento esos personajes malvados fueron niños y quizás sufrieron y no consiguieron ser entendidos. Nunca es justificable la maldad pero me hace pensar que a veces hay personas que no son capaces de superar lo sufrido y se dedican a dañar a otros como si así causando dolor pudieran reparar el propio y el odio que acumulan y desgraciadamente el odio siempre da odio.
ResponderEliminarAunque no sé yo si sería el caso de Drácula pero me ha hecho pensar en eso.
Muy buen inicio.
Un beso
Los diez primeros años de una persona es donde se fraguan los valores principales que se les inculca la sociedad, la familia, los amigos.
EliminarDespués todo se basa en los gustos, las modas, las tendencias y las influencias recibidas.
Si hay una base fuerte, profunda y equilibrada, es difícil que un ser humano sucumba a sus bajos instintos y a la violencia gratuita.
Con esta parrafada te doy toda la razón amiga.
Un beso.
Todo tiene un principio y ese niño con sus recuerdos maléficos logra construir el terror.
ResponderEliminarUna forma muy peculiar y bien narrada de adentrarnos en la historia.
Me ha gustado mucho, Francisco.
¡Abrazos!
Una historia totalmente inventada y basada en lo que me imagino fue, el comienzo de este personaje inventado por Bram Stoker, un escritor irlandés que lo baso en una leyenda que corría de boca en boca, referida al príncipe Vlad IV. Un tirano, déspota y asesino, cuya vida personal era ya una historia de continuados horrores.
EliminarUn abrazo compañera.
Ummm interesante comienzo para una historia que sabemos su final. Me ha encantado.
ResponderEliminarEse manuscrito enterrado, muy especial.
Un besillo.
Con ese manuscrito os empiezo a enredar en la telaraña. Este personaje es de esos que crea adicción como ese otro de Frankenstein.
EliminarBesos.
Tiene sabor de leyenda, pero al parecer, y no sé mucho de la historia, el tal Vlad que inspiró el personaje legendario de Drácula, existió de verdad y fue también bastante sanguinario.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho ese inicio de la historia, con Vlad niño obligado a huir. ¿Ya se resolvió el concurso?
Un beso.
El drácula conocido, está basado en este príncipe de valaquia Vlad IV conocido como Vlad Tepes, que no significa otra cosa que "El empalador" Un tirano que combatió al imperio otomano y a los turcos a los que una vez derrotados los empalaba ensartándolos en una estaca (De ahí lo de la estaca en el corazón)
EliminarTodo un personaje real que inspiró a un irlandés las famosas correrías de nuestro conde chupador de sangre.
Este relato quedo de los últimos por no ser de los mejores.
Besos
Venganza, abandono, recuerdos. Un gran relato, gracias por como siempre sorprenderme con un magnifico final. un abrazo. TERE.
ResponderEliminarY yo como siempre te agradezco a ti Teresa tu fiel lectura y tu detalle al comentar.
EliminarUn beso.
Uf, pero si es el conde Drácula. Me gusta encontrarme con él para así tomarle confianza pues en julio quiero visitar sus posesiones, allá por la Transilvania.
ResponderEliminarMe ha gustado esta forma de justificar el porqué de la manera de ser del mito. Ya me cae mucho más simpático, a pesar de que chupar sangre y vampirizar no es algo que vaya conmigo (ja, ja).
Un fuerte abrazo
¡Vaya sorpresa! Te nos vas de excursión nada más ni nada menos que a transilvania. espero que a tu regreso no vengas transformado en nada raro, con colmillos extrañamente desarrollados.
EliminarConfío en tu prudencia a la hora de hacer nuevos amigos.
Me agrada saber que mi relato a parte de gustarte te ha creado simpatías con el protagonista.
Un abrazo.
Un final realmente impactante que da sentido completo a todo el relato, ¡genial! Eso de leer acerca de la infancia del mismísimo Drácula es algo que impacta, sobre todo si no estás advertida. Tú sabes cómo "sacudirnos" siempre las neuronas lectoras, Francisco :))
ResponderEliminar¡Besos de finde!
Me alegra el poder sacudir esas neuronas afines a las mías por ser escritorescompulsivos.
EliminarVete tú a saber como fue la niñez de este individuo, pero su vida como adulto fue de lo más movidita y excitante, sobre todo para el que tenía el infortunio de estar en el bando opuesto.
Besos.
Cuanto tiempo sin venir, que no sin leerte. Me encantó el relato, la atmósfera creada alrededor del texto para el remate final con un personaje que me fascina Vlad Tepes. Sin duda maravilloso.
ResponderEliminarBesos
Créelo que te echaba de menos, esto no es lo mismo sin tu presencia amiga, sin tus comentarios y tu opinión.
EliminarMe alegra que te sigan gustando mis historias. para mi supone el aliciente de escribirlas.
Besos