Pesaban
muy poco pero aplastaban sueños, borraban futuros y abortaban sonrisas, augurando a su vez malos tiempos.
Corrían
más rápidas que el viento y nunca te encontraban preparado para recibirlas, normalmente
eran contundentes e inoportunas.
Frías, sin alma, como asesinas. Sin piedad ninguna se ensañaban con lo más íntimo.
Te hacían morir, te desgarraban de dolor haciéndote sangrar lágrimas de
impotencia.
Terribles noticias las de aquel mes de marzo del 39. Aun hoy, a mí que solo sé de ellas por referencias, me siguen doliendo por lo que han significado y por lo que nos robaron con su presencia. Otras noticias de cariz opuesto ¿qué habrían supuesto para este país? No puedo dejar de pensar que habría otro ambiente político y social muy diferente, pero de aquellos polvos...
ResponderEliminarEstremecedor relato.
Un beso.
Las malas noticias sean las que sean, vuelan raudas y no hay quien las pare.
EliminarMás en aquellas fechas en la que se perdió lo que se perdió. aunque nada de eso tendría que haber ocurrido ni empezado.
Espero que vayamos aprendiendo de la historia, de otra forma cometeremos los mismos errores una y otra vez.
Gracias por tu atenta lectura.
Besos.
Un micro cargado de dolor, cuando llegaban noticias en casa de los caídos en esa guerra que tanta huella ha dejado. Tremendo micro Francisco. Un abrazo.
ResponderEliminarRecuerdo esas escenas de película, cuando sin esperar, alguien llamaba a la puerta de una casa para trasmitir a los padres, la muerte del hijo en el frente. Terribles noticias las que implican pérdidas irrecuperables.
EliminarBesos querida Mamen.
Doloroso micro de la huella de una guerra, pero muy bueno sin duda como siempre. Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre tan amable y cariñosa.
EliminarDolorosa es la pérdida. Y los mensajeros nunca son bienvenidos.
Un abrazo.
Pesan poco pero duelen mucho las malas noticias. Un micro muy conseguido, Francisco.
ResponderEliminarUn beso
Suponen una carga pesada cuando se reciben a pesar de ser tan livianas que vuelan rápidas.
EliminarGracias Chelo.
Un beso.
Me encanta la forma en que nos hablas de ella sin presentárnoslas, esas noticias están muy bien definidas en tu micro, que es estupendo.
ResponderEliminarMil besos, Francisco
Gracias Chari.
EliminarSon leves y vuelan, pero algunas de ellas nos pesan en el alma.
Besos.
Vaya tristeza inmensa en forma de esas mensajeras que daban voz a las terribles consecuencias de la guerra, siempre todos pierden en una guerra.
ResponderEliminarBesos
Todo son pérdidas en la guerra, y cuando los mensajeros traen esas noticias, por lo general no son bien recibidos en ninguno de los casos por nadie.
EliminarUn beso.
Dicen que las malas noticias corren más deprisa que las buenas. Desde luego nunca son bienvenidas y cuando de una guerra se trata abundan más.
ResponderEliminarUn beso.
Tristemente así es, las buenas noticias apenas frecuentan los telediarios y la prensa escrita. Quizá porque las malas corren más y hacen más ruido.
EliminarUn beso.
Las malas noticias solo pesan en el alma y por ello son menos llevaderas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando duele alguna parte de nuestro cuerpo es posible el alivio al menos momentáneo del dolor con algún calmante. Cuando lo que duele es el alma. difícil es de encontrar el consuelo que nos libere de esa carga de profundidad.
EliminarUn abrazo.
Breve hachazo! Me imaginaba algún tipo de espiritus asesinos del infierno, pero era mucho peor; LA GUERRA!
ResponderEliminarMuy bueno!
Ja,ja,ja. ¡Cuanta imaginación la tuya!
EliminarAunque los espíritus de la guerra son ni más ni menos que los cuatro jinetes del apocalipsis.
Un abrazo, compañero.