sábado, 23 de noviembre de 2019

Quién le pondrá el cascabel al gato



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Como acostumbraba, Mariano, entró en la oficina sin saludar a nadie, desabrido, mal educado, furibundo y chulesco. Pareciera ser el líder de una manada imaginaria donde él representara al macho alfa dominante.

Ya acostumbrados a su forma de proceder intentamos ignorarle, cada uno concentrado en su tarea, pero él, dándose ínfulas de poderío capto nuestra atención significándose con una fuerte voz.

– ¡A ver vosotros, panda de nenazas lloronas!  –nos increpó exaltado.
Tanto quejaros del exceso de trabajo y de los horarios laborales interminables, pero aquí estáis dándolo todo por la empresa y del negrero que os explota sin consideración.

Todos levantamos la mirada al unísono un tanto confusos, avergonzados y sin saber bien que contestar mientras él continuó con su perorata recriminadora.

–Si fuera yo, me plantaba en el cubículo de la bestia y le cantaba las cuarenta poniéndolo en su sitio de una puta vez, que es lo que se merece el mafioso que tenemos por jefe. No como todos vosotros que agacháis la cabeza cada vez que pasa por vuestro lado y le llamáis señor. ¡Un don mierda es lo que es y punto!

–Pues va a tener la oportunidad de hacerlo en persona, ya que tiene tantos redaños, y así dará ejemplo a sus compañeros en vez de comerles la cabeza día tras día. –dijo una voz desde detrás del interfecto, pues lo presentimos muerto en vida.

Mariano en su agitación acalorada, no se había percatado que tras él, había aparecido la figura de nuestro temido director, que terminó con una situación violenta con una contundente frase:

–Acompáñeme al despacho caballero. Tengamos una conversación en privado.

Intuimos que habíamos asistido al finiquito de un gilipollas que lastraba las de por sí interminables y mal pagadas jornadas laborales. En eso sí tenía razón el Mariano.

Y entonces sonreímos.


Derechos de autor: Francisco Moroz





jueves, 21 de noviembre de 2019

Más que un juego





Cuando acabes la dejas fuera de juego definitivamente, no le des tregua, ponla contra las cuerdas con un jaque mate y olvídala.

Es difícil hacerlo, pero posible. Solo tienes que seguir ciertas normas básicas y alguna que otra regla de manual. El instinto de supervivencia y la prudencia serán tus mejores consejeras.

Sabes que en todo momento ella estará protegida y flanqueada por los suyos. Debes prevenirte contra sus rápidos y efectivos movimientos, ella es letal con sus víctimas. No tiene ninguna piedad con todo aquél que la enfrenta.
Creo que si utilizas la inteligencia y te adelantas a su jugada con una buena estrategia, serás el elegido para terminar con lo que otros no consiguieron. Se trata de aceptar que nadie es mejor que nadie sobre este tablero que contrapone dos fuerzas, la desidia y la voluntad.

Debes creer en ti mismo, en tu potencial, eres como una simple pieza de ajedrez, un peón en su momento más negro, un peón que puede superar a la mismísima dama blanca que quiere dominarte. Recuérdalo la próxima vez que te ofrezcan cabalgar en un caballo del mismo color que ella.

Derechos de autor: Francisco Moroz

martes, 12 de noviembre de 2019

Sensaciones





Si te dijera que sentí dolor mentiría. A lo mejor, en el instante en que te sorprendí tumbado debajo del automóvil sí que experimenté bastante inquietud, algo de desazón y un pequeño cosquilleo nervioso en el estómago; pero todas esas sensaciones se me pasaron repentinamente cuando todo voló por los aires con la explosión, incluido tú.


Pues solo pensar que algunos inocentes habían salvado su vida gracias a que no supiste manipular adecuadamente el explosivo, me han hecho percibir solamente una sensación de alivio. Duelo y pesar, ninguno.


Derechos de autor: Francisco Moroz




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