miércoles, 4 de diciembre de 2019

Dulces problemas

En este caso mi reto personal, era construir un relato que incluyera todas esas frases hechas, escritas en azul.
 Espero que el resultado tenga algún sentido al menos como divertimento, que es de lo que trata esta afición de escribidor.






Nos dejaron sin magdalenas después de acabar con los bollos, los pasteles de nata y las pastas de té. Les hubiéramos perdonado la vida si al menos hubiesen sido un poco moderados; pero el estropicio nos lo encontrábamos todas las semanas. Incluso nos dejaban sin reservas. Y eso, de cara a los clientes, hacía desmerecer el negocio. 


Por ello ¡ahora seremos nosotros los que acabaremos con los malditos roedores que han invadido la pastelería! Nos dijimos firmemente convencidos.
La primera noche lo intentamos solucionar metiendo en el obrador a un par de gatos callejeros; pero no fueron capaces de realizar su tarea, esta mañana nos hemos dado cuenta que no es cierto que tengan siete vidas, o eran gatos muy flojos que habían malgastado las otras seis, o los presuntos ratones invasores estaban sobrealimentados y frecuentaban el gimnasio.

Como medida drástica hemos llamado a Esteban, que se ha personado con su gato Mishi que no participó en la refriega nocturna. Esteban se ha ofrecido para acabar con la plaga en persona, con la ayuda de dicho felino que está muy nervioso y un puntito histérico. También se ha presentado con un tal Arturo que por ser tartamudo le apodan el repetidor, un amigo suyo desde la más tierna infancia.

Hemos dudado del éxito en tal empresa antes de ver lo que Arturito el repetidor llevaba en una caja de compases, que apretaba fuertemente contra el pecho. Unas ampollas con veneno del fuerte, de ese que debe de emplearse en guerras químicas.

¡Y sí! ¡Lo hemos conseguido!

Al menos ya hemos resuelto parte del problema. A saber, los ratones se han esfumado. O eso, o nunca los hubo. Pero a cambio nos enfrentamos a otros cuantos quebraderos de cabeza: Esteban y Arturo están desaparecidos en combate desde que se hicieron públicos los resultados de su trabajo. No dieron explicaciones y no hemos vuelto a saber de ellos. Ni tan siquiera han llamado para reclamar sus honorarios y tampoco contestan al teléfono.

Mi socio todavía se encuentra bajo los efectos de un shock postraumático y sufriendo lo indecible por amor y por si fuera poco, siendo interrogado por la policía un día sí y otro también. Dando explicaciones del porqué apareció dentro de nuestro local y más tiesa que la mojama, la gorda de su mujer, con espuma, restos de hojaldre, y cabello de ángel en la boca. Todo muy misterioso y siniestro.

Pero soy yo con diferencia el que tiene que apechugar con el problema más peliagudo: Bregar con el inspector de sanidad por supuestas irregularidades encontradas en los aditivos empleados en nuestros productos alimenticios, y cuidar de Mishi que anda maullando por los rincones, con el pelo erizado. Muy agitado, como en un continuo celo.



Derechos de autor: Francisco Moroz


16 comentarios:

  1. Vaya con los roedores, [o la]
    Siempre das ese toque de misterio y diversión, esos finales que te sacan una sonrisa
    Abrazo

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    1. Encantado de sorprenderos. No me gusta poneroslo fácil, así no tenéis más remedio que leer hasta el final. no deja de ser una trampa de escritor ;)
      Un abrazo también para ti Adel

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  2. Divertido. Desde luego no me cabe otra cosa que exclamar eso de "¡Malditos roedores!" (ja, ja...).
    Te deseo un buen finde largo, amigo
    Un abrazo

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    1. Y lo bueno de todo es que los malditos roedores no eran los culpables de todo el desaguisado.
      gracias como siempre por tu fidelidad en las visitas y comentarios amigo.
      un fuerte abrazo.

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  3. Pues has conseguido integrar las frases con total naturalidad y acierto en un relato, además, entretenido y que engancha desde el principio. Un buen trabajo de arquitectura literaria.
    Caray con la mujer del socio...
    Un beso.

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    1. Bonita definición: Arquitectura literaria.
      El reto era solo personal, al haber acumulado ese montoncito de frases con las que no había construído un relato en su momento. Así que me pareció unirlas en uno solo. otro experimento más.
      Besos.

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  4. Hubo dulces problemas y desde luego el remedio fue peor que la enfermedad, al menos para el socio y su mujer, al no prever las trágicas consecuencias.
    Un micro muy ingenioso y de género negro, con ese toque de ironía que no suele faltar en tus textos.
    Un abrazo.

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    1. Más bien el origen de los problemas fueron los dulces de la pastelería que desaparecían por motivos insospechados, hasta que los socios toman cartas en el asunto y de manera indirecta descubren que los culpables no son precisamente los ratones.
      Algo de género negro si tiene en lo que respecta a las formas de eliminar plagas.
      Un abrazo Estrella.

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  5. Si los hubo, como bien has dicho, je,je. La que sí estuvo presente, y luego de cuerpo presente, fue la mujer del socio, una "bollera" de cuidado, ja,ja,ja.
    Muy divertido y mejor contado.
    Un abrazo.

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    1. ¡Claro! no todos los enigmas se resuelven de forma directa, no todo tiene porqué tener una explicación lógica.
      Se intentan las soluciones pensando qué...y luego todo se desbarata porque hay terceros en discordia.
      Un abrazo Josep. Verás que voy comentando con retraso, pero siempre lo hago si el tiempo me lo permite.

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  6. Estupendo trabajo con el buen enlace de las frases, muy ingenioso y como es tu costumbre muy bien escrito e hilvanado todo. Un abrazo.

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    1. Te agradezco tu elogioso comentario Mamen, me anima a seguir pergeñando historias.
      Un abrazo también para ti.

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  7. Vaya con los roedores y a continuación me sale eso de malditos roedores, mucho dibujo animado jajaja
    Lo cierto es que te ha quedado un relato con un puntazo de humor negro y es que tanto dulce al final empalaga, aunque en tu caso a algunos les fue bastante peor.
    Besos

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    1. Algunos se intoxicaron con tanto dulce, pero quién manda a la señora comer tan desaforadamente a espaldas de los dueños. podría haberse llevado unas bandejas a casa y asunto terminado, pero la glotonería se la llevó a la tumba de una forma empalagosa. Aunque Esteban y el Arturo también son dos buenas piezas con métodos un tanto expeditivos.
      Besos y feliz semana que comienza.

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  8. Si que tiene sentido, Javier, :) Me parece un reto súper complicado. Y tú lo has conseguido construyendo un relato lleno de divertidos enredos.
    Por cierto si es por el dulce, yo cubro la espalda de quién haga falta, pero sin aditivos, ja, ja
    Un beso.

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    1. Pues me alegro el haber conseguido un resultado potable al menos. Es más bien una tragicomedia lo que he construído con algo de humor negro y mucho, pero que mucho dulce.
      Besotes, guapa.

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