–Que gusto da verlo todo recogido
después de tanto caos ¿verdad Miguel?
–Ya lo creo Rafael, nuestro
trabajo nos ha costado, hemos tenido que emplearnos a fondo para exterminar la
plaga invasora y volver a poner todo en su orden primigenio; pero el resultado ha compensado todos los esfuerzos ¿No crees?
–Lástima que hayáis tenido
que deshaceros de toda la especie, algunos individuos podían
haberse salvado de la quema. Parecían comprometidos y ponían empeño en mejorar sus instintos depredadores.
– ¡No creas! se hubieran vuelto a
reproducir como conejos y hubiéramos tenido que empezar de nuevo con la
limpieza. Como grupo no han aprendido nada, se les dio más de una oportunidad y ni por esas corrigieron la actitud que amenazaba el planeta.
– ¡Cierto! Todavía recuerdo aquellos episodios del diluvio universal, el calentamiento global o la pandemia. Bueno, ahora que está reconstruido el paraíso habrá que inventarse nuevos seres inteligentes que no tengan una carga destructiva tan grande.
–Habrá que esperar otros siete días para eso.
– ¿Por qué?
–Porque el creador necesita descansar de tanto trajín, al igual que el ejército celestial. A esto hay que añadirle el tiempo necesario para que maduren las manzanas en el árbol.
Cierto que no aprendemos. la limpia tiene que ser total y absoluta. Bastaría con una sola pareja para que el caos se volviera a desatar. Creo que hay que ser expeditivo y terminar con todo.
ResponderEliminarUn beso.
El ser humano no deja de ser un cáncer maligno para el planeta que habita, pero pongamos al otro lado de la balanza el tesón y el esfuerzo de esos que se pueden salvar de la quema y demos un voto de confianza en que poco a poco, si cambiamos en nuestras formas y círculos cercanos; quizá consigamos que algo mejore. Lo de exterminar es un poco, como diríamos, extremo.
EliminarBesos
Desde luego que en el Cielo tienen que tener mucho trabajo con nosotros. Es un texto buenísimo. Me ha encantado leerlo.
ResponderEliminarFeliz domingo, Francisco
Un abrazo
Gracias Rita.
EliminarEl cielo y el infierno no dejan de ser figuras metafóricas del bien y del mal que habitan dentro de nosotros mismos. Nuestra parte decente y buena siempre está en lucha contra la maligna y nefasta. Por tanto solo se trata de poner empeño en que venza lo más conveniente para la raza.
Un abrazo de final de domingo.
Y seguimos sin aprender. Si eso no se erradican volverán a crecer como conejos. Buen final. Un abrazo.
ResponderEliminarSomos muy duros de mollera. Sordos que no queremos oír y ciegos que no queremos ver. Pero nuestro tiempo acabará, tenlo por seguro si no ponemos remedio. Y tan tozudos somos que llegaremos antes que después.
EliminarOtro abrazo para ti.
Ja, ja..., veo que el Creador es como nuestro Simón, que no perdonan las vacaciones así se acabe el mundo.
ResponderEliminarEspero que estos seres inteligentes que está a punto de crear sean algo más listos o algo más tontos que los anteriores porque los descendientes de Adán y Eva se pasaron de listos y olvidaron lo que eran, simples criaturas temporales.
Un fuerte abrazo
Si desaparecemos algún día, espero que no haya ningún plan creador de la misma especie, aunque sea perfeccionada. Creo que al principio funcionaria, pero la especie no ha mejorado en lo básico y dudo que otra lo hiciera, y han pasado tantos millones de años que daría pereza volver a empezar ¿No crees?
EliminarRecibe un abrazo, Juan Carlos.
Siempre he tenido la impresion de que los angeles son absolutamente indiferentes con los seres humanos,
ResponderEliminaren especial los Angeles con titulos, cuanto mas Serafin o Querubin eres mas ganas de exterminar personas tienes.
Creo como tú que cuanta más galones y títulos, más engreídos y prepotentes en sus cometidos. Prefiero mil veces al humilde ángel de la guarda que nos protege de casi todo mal.
EliminarUn saludo y bienvenido.
Pues mira, yo creo que no es más pulcro quien más limpia, sino quien menos ensucia. En el cielo deberían tener en cuenta eso cuando pongan otros Adán y Eva, a ver si los diseñan mejor.
ResponderEliminarBonita metáfora.
Besos.
También soy de la opinión de que habrá que crear seres mejorado, pero esa opción nos la dan todos los días a nivel particular y bajo nuestro absoluto control. está en nuestra mano realizar esas mejoras. A nivel global ya no es tan fácil ¿Pero acaso lo intentamos?
EliminarEl extermino será algo que llevemos a cabo gradualmente, espero no vivirlo.
Besos.
¡Hola, Francisco! Bueno, dicen que nos hicieron a imagen y semejanza de Dios, así que... Un estupendo relato dialogado con una fina ironía, aunque no creo que seamos una especie tan terrible. Compartimos con Dios la capacidad de crear, y ello nos lleva al error, pero también al acierto. Si no existiéramos nuestra pequeño sistema solar sería realmente aburrido. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarLa verdad David es que razón no te falta. Creo no obstante en que el hombre crea a sus dioses a su imagen y semejanza. Solo hace falta escarbar un poco en el olimpo griego y veremos las mismas bajas pasiones y violentas venganzas y engaños, timos y tramas urdidas por envidias y ambiciones desmedidas.
EliminarSomos espejo o reflejo, lo mismo da.
Un abrazo y gracias por comentar.
Por desgracia, eso es lo que nos merecemos, empezar de cero. Pero si volvemos a lo de la costilla de Adán y lo de la manzana mucho me temo que todo volverá a reproducirse punto por punto. Menos mal que no creo en el creacionismo, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es lo que hay creamos lo que creamos. Y pasará lo que tenga que pasar nos pongamos como nos pongamos y sabes bien, que bien poco podemos hacer ante la fatalidad, salvo mejorar a nivel personal y ser mejores para nosotros mismos y los que nos rodean. Menos dañinos.
EliminarUn abrazo.
Volver a comenzar de nuevo es buena idea pero que pongan especial cuidado en elegir a Adán y Eva. Muy buena entrada para estos días.
ResponderEliminarSaluditos.
Crearían a otros dos con distintos nombres. Isabel y Fernando, Marco Antonio y Cleopatra o Josefina y Napoleón.
EliminarEl caso es que volverían con sus antojos frutales y sus pecados de la carne. arrieritos somos.
Un abrazo Conchi, tiempo sin verte, me alegro mucho de leerte de nuevo.
Es que los dioses están a lo suyo y nos echan un vistazo para no perdernos de vista de vez en vez; pero les importamos más bien poco según pintan las cosas. No nos aguantamos ni a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn abrazo julio.