¡Otra
vez se dejó el grifo del lavabo abierto! Antes de ayer fue la luz del salón. La
semana pasada el gas del quemador de la cocina, otras el horno. La televisión a
todas horas la abandona encendida y a todo volumen.
Cualquier
día tendremos un disgusto a causa de sus frecuentes despistes por no hablar de
alguna queja por parte de los vecinos.
Me
dirijo al dormitorio para recriminárselo y cuando llego, recuerdo con aprensión
que hace cinco meses se marchó de casa, alegando no poder soportar por más tiempo mis broncas injustificadas.
Derechos de autor: Francisco Moroz