Desde el otro lado del planeta procedían aquellas flores que pretendía regalar a su amada; le habían resultado tan costosas como difíciles de conseguir. Pero tenía contactos al igual que dinero.
Él, estaba
perdidamente enamorado de esa mujer desde que la vio en la embajada, y estaba dispuesto
a conquistarla y a hacerla suya a costa de lo que fuera.
Lo que nunca
pudo imaginar el “Casanova”, es que iba a ser rechazado por esa funcionaria de
la embajada de Vietnam del Norte; pues ella era oriunda de ese país, en que las
flores que le fueron entregadas, eran de lo más común.
Derechos de autor: Francisco Moroz
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